¿Sabes quién soy?

Expediente L.O.S.S.

Sujeto de prueba #2: Asagiri Gen.

Edad actual: 28 (+3727).*

Edad mental: 19.

Ubicación actual: Base central del Reino Científico, Ishigami.

Responsable del procedimiento: Dr. Senku Ishigami.

Descripción: El sujeto de prueba será sometido a los mismos quince experimentos de regresión mental que fueron implementados al primero caso especial del expediente. El procedimiento se llevará a cabo en un lapso de noventa días esperando recuperar las memorias del mentalista Asagiri, en caso contrario, se buscará implementar nuevas técnicas de regresión.

Informe de resultados.
Experimento 1. xx/xx/xxxx → Negativo.
Experimento 2. xx/xx/xxxx → Negativo.
Experimento 3. xx/xx/xxxx → Negativo.
Experimento 4. xx/xx/xxxx → Negativo.
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Experimento 15. xx/xx/xxxx → Negativo.

Senku aventó su lápiz sin importarle en dónde cayera o qué derribara, la frustración era tan grande que lo estaba llevando al borde su paciencia. El ensayo y error era algo a lo que estaba acostumbrado, pero con el tiempo sobre sus hombros no podía darse el lujo de seguir fallando en su intento por recuperar las memorias de Gen, ni siquiera durante el tiempo que tardó en encontrar la fórmula del agua milagrosa se sintió así de presionado y pese a las advertencias de Xeno respecto a la alta probabilidad de que todos los experimentos fallaran, Senku decidió seguir intentando hasta agotar el último recurso de aquel expediente que hicieron juntos.

Habían transcurrido tres de los doce meses que le quedaban a las memorias de Gen y no habían conseguido ni el más mínimo avance con él, por más que todos en la aldea pusieran de su parte para ayudarlo a recordar, nada tenía efecto en él. Pese a lo incrédulo que se vio al principio, Gen por fin aceptó que había pasado algo grande en la Tierra, pero aún se negaba a creer que una inteligencia artificial del espacio haya sido el responsable de convertir a la humanidad en piedra.

—¿Cuánto tiempo llevas ahí?

—El suficiente —respondió Suika para entrar al laboratorio.

Senku estaba de espaldas a ella por lo que no pudo ver la bandeja con té que le había llevado, pero fue suficiente con agudizar su nariz para percibir el aroma que las tazas desprendían, obligándolo a darse la vuelta para encarar a la joven científica.

—Francois me enseñó a prepararlo, espero que me haya salido bien. —Le extendió su bebida—. Té con leche de tres capas, si las mezclas, puedes tener una sorpresa.

—Como las que Senku Ishigami te puede dar —completó haciendo sonreír a la chica—. Francois fue muy astuta al crear una bebida para cada uno de nosotros —dijo para tomar un poco de su té—. Supiste replicarlo muy bien.

—Es un alivio saberlo. —Miró fijamente a Senku, analizando cada rasgo de su rostro, especialmente las ojeras y arrugas de cansancio que tenía en sus ojos—. ¿Qué es lo que harás ahora?

—No lo sé. Supongo que seguiré investigando hasta tener una idea.

—¿Y eso te llevará mucho tiempo? No creo que tu cuerpo pueda pasar más sin dormir.

—Estoy durmiendo.

—Puedes engañar a todos, pero no a alguien que igual pasó varios días sin dormir por tratar de regresar a todos de la petrificación.

Senku sonrió con ironía, constantemente olvidaba que Suika ya no era una niña de diez años, ahora era toda una científica que día a día se superaba a sí misma y trabajaba junto a Chrome y Sai en algún proyecto que beneficiara a la humanidad.

—No puedo darme el lujo de descansar —dijo después de varios segundos en los que permaneció en silencio. —Los recuerdos de Gen…

—Lo sé, pero no podrás ayudarlo si desfalleces en el proceso.

—Se me acaba el tiempo, Suika.

—Aún podemos lograrlo. Chrome y yo estamos investigando también y estamos haciendo todo lo posible por hacer que Gen regrese a como era antes. Podemos lograrlo, pero tú igual debes estar bien para ayudarlo.

—¿Yuzuriha te mandó? —preguntó alzando una de sus cejas, el sermón que Suika le dio fue muy similar al que su amiga de infancia le recitó algunos días atrás.

—En realidad fue Tsukasa, Mirai le dijo que lo mejor era que yo hablara contigo antes de que él lo hiciera, por eso le pedí a Francois que me enseñara la receta. —Su respuesta hizo sonreír al mayor—. Todos están preocupados por ti, saben… sabemos que estás desesperado por recuperar las memorias de Gen, nosotros igual queremos que vuelva y no queremos perderte también.

Pasó una de sus manos por la mitad albina de su cabello, le disgustaba esa característica de su ser y durante los últimos meses había tratado de no pensar en ello, pero verse al espejo cada mañana le hacía aborrecer la imagen que veía de su persona.

«¿Por qué no lo volví a teñir?» Esa era la pregunta que todos los días se hacía, al inicio creyó que era por la niña existencia de los tintes tras la petrificación, pero con los avances tecnológicos debieron haber creado una forma de teñirse el cabello desde hace mucho tiempo y aún así… «¿De verdad me gustaba lucir esto?»

Tomó su cepillo y comenzó a peinarse con delicadeza, habían muchas cosas que aún no entendía de esa nueva era y la aceptación de aquella inseguridad física era una de ellas. Durante el tiempo que llevaba en la aldea, nadie le hizo comentarios respecto a su cabello o apariencia y eso lo hizo sentir bien, pero al mismo tiempo algo frustrado por no saber cómo relacionarse con los demás que lo trataban con tanta confianza mientras que para él no eran más que desconocidos.

—Perdiste la memoria, por eso no puedes reconocer a nadie.

Las palabras de Senku resonaban en su mente una y otra vez, le había costado tres meses aceptar que la humanidad había sido petrificada, pero aceptar que perdió la memoria y que había vivido todas esas aventuras que le habían contado, era algo que no podía asimilar con facilidad; una parte de él quería creer todas las historias que entre Kohaku y Suika le contaron, explicaría en parte porqué todos en la aldea lo conocían y trataban con tanta fraternidad, pero la otra mitad de su ser no quería creer en ello y no es porque no se considerara alguien aventurero, sino porque aquellas historias parecían sacadas de un cuento de hadas y su razón le indicaba que querían aplicar un juego mental en él.

«Senku»

Ese era otra de sus incógnitas, si no es que la más grande de todas. Senku Ishigami fue la primera persona que vio al despertar y desde aquel día no había hecho más que ocuparse de él, haciendo hasta lo imposible por hacerle recuperar sus recuerdos. A sus ojos Senku era un científico loco y solo por ese motivo fue que accedió a someterse a tantos experimentos de regresión porque tenía miedo de que algún tornillo se le safara al doctor y terminara por hacerle daño, en lo más profundo de su ser creía que Senku mostraba interés en él por ser una rata de laboratorio con el que podía experimentar, pero…

—¿Sabes quién soy?

No podía evitar recordar ese momento, el rostro de Senku mostraba una gran preocupación y en su voz Gen pudo percibir su miedo a la respuesta que estaba a punto de dar. Ese día, justo en ese instante, Senku no se veía como un científico loco, se en realidad se veía como un niño asustado y ese lado tan humano de Senku le provocó un escalofrío; en cada experimento al que se sometió, siempre le hacían la misma pregunta al terminar y la respuesta seguía siendo la misma, «no», pero la semana anterior, al terminar la última prueba, Senku volvió a preguntarle si lo conocía con la misma intención temerosa de la primera vez y tras su respuesta negativa, Gen no volvió a ver al científico durante esos días.

—Lo siento, está ocupado con otros asuntos.

—Está en una junta virtual, no es buena idea interrumpirlo.

—¿Senku? Creo que está trabajando en un nuevo proyecto.

—Debe estar en el laboratorio, pero si fuera tú, no entraría ahí a menos que quisiera recibir un regaño.

«Ese maldito» pensó al tiempo que aporreaba su cepillo sobre el tocador de su habitación.

Senku había estado día y noche experimentando con él en un intento fallido de hacerle recordar y de la noche a la mañana había decidido ignorarlo, haciéndolo sentir como basura recién deshechada. Durante aquella semana Gen había ido a la base central para buscar al científico, pero en cada visita le era imposible dar con él; no es que Gen lo buscara porque extrañaba su presencia, simplemente quería una explicación de lo que había ocurrido, eso es lo mínimo que esperaba después de ser tratado como un conejillo de indias.

—No creí que fuese tan cobarde como para ignorarme —se quejó al tiempo que le servían un refresco de cola.

—No te está ignorando, tan solo ha estado muy ocupado —respondió Kohaku antes de llevarse un poco de ramen a la boca—. Los líderes mundiales junto con los representantes científicos de cada país tienen que dar un informe sobre el estado actual de la humanidad, Senku tiene que estar presente debido a que fue él quien hizo la restauración.

—Podrá ser el rey del mundo, pero es muy frustrante que te utilice a su gusto y después te abandone.

Kohaku ahogó su risa ante el comentario de Gen, la sensación de vacío que el mentalista sentía era debido a la falta de trabajo extremo que solía hacer junto a Senku, Kohaku sabía perfectamente que eso era lo que a Gen le molestaba, se había acostumbrado tanto a acompañar al científico casi hasta el amanecer que ahora no buscaba como pasar su tiempo en la aldea; en varias ocasiones Kohaku le dio esa explicación, para hasta ese día Gen se seguía negando a creer que era un esclavo laboral.

—¿En verdad quieres verlo? —preguntó una vez que terminó de comer.

—Sí, necesito obligarlo a darme una explicación.

Kohaku rió para inclinarse hacia el mentalista, este entendió la intención de la mujer por lo que igual se inclinó sobre la mesa para atender a ese momento de confidencialidad.

—No te atrevas a decirle a Senku que yo te conté.

—¿Qué cosa?

—Esta noche estará en el observatorio, dijo que quería observar las constelaciones a solas, así que le pidió a todos que no lo molestarámos, incluyendo a Chrome con quién suele observar las estrellas.

—Creí que era una mala idea interrumpirlo.

—Lo es, pero en estos momentos es la única forma en la que puedes hablar con él. No te preocupes, yo me aseguraré de vigilar para que no te vean entrar.

—¿En verdad harías eso por mí? —Kohaku asintió a su pregunta—. No sé qué haré para agradecerte.

—Recordar que somos amigos, solo eso.

Al dar las ocho de la noche, mientras todos se encontraban en la aldea bebiendo en el bar de Francois, Kohaku acompañó a Gen hacia el observatorio y al asegurarse de que no había nadie cerca, le indicó que subiera para encontrarse con Senku. Justo con la mujer había dicho, el científico se encontraba ahí concentrado en observar el cielo a través de su telescopio, Gen subió cuidando de no hacer ruido alguno que pudiera llamar la atención del contrario, a pesar de que había ido para hablar con él, la imagen del científico concentrado en algo lo había embelesado y por un par de minutos quería estar ahí contemplándolo.

—¿Me dirás quién te ayudó a entrar?

La voz de Senku lo paralizó al grado de aguantar su respiración para fingir su ausencia, pero al ver que Senku se alejó del telescopio para encararlo, no tuvo más opción que volver a respirar, aceptando que fue descubierto.

—Un mago jamás revela sus secretos.

—Hace mucho que no escuchaba eso. —Se volvió a girar hacia su telescopio.

—¿Interrumpo algo importante?

—Si te digo que sí, ¿te irás?

—¿Quieres que me vaya? —preguntó obteniendo el silencio del científico como respuesta.

Con el pasar de los minutos Gen se empezó a incomodar, ni él ni Senku hablaban y eso lo desesperó al grado de acercarse al científico y tomarlo de los hombros con fuerza para alejarlo del telescopio con brusquedad.

—Necesito respuestas.

—¿Acaso me ves cara de Google?

—Me utilizaste, fui tu rata de laboratorio por tres meses y ni siquiera fuiste capaz de decirme “gracias por participar.”

—No estoy de humor para escuchar tus quejas —replicó para soltarse del agarre del mayor.

—Me tiraste a la basura.

—Los experimentos fallaron, tu memoria sigue perdida, te lo expliqué hace una semana.

—No lo hiciste, solo leíste varias hojas y me dijiste que podía marcharme. He intentado que me des explicaciones de lo ocurrido, pero cada que voy a buscarte no estás disponible.

—Lo siento mucho, le diré a mi secretaria que te agende una cita —dijo con ironía—. Estoy ocupado, retírate, por favor.

—Deja de ignorarme, Ishigami.

—Y tú deja de estorbarme, Asagiri.

—De verdad que no te entiendo. —Se cruzó de brazos—. Al despertarme en aquella cueva me volví el centro de tu atención, no me dejabas en paz no un minuto y solo porque tus experimentos resultaron ser un fracaso ¿me vas a tratar como una escoria? Yo no te pedí que me ayudaras en primer lugar.

—Es mejor que te vayas.

—¿Por qué? Tenías tantas ganas de que recuperara la memoria y ahora no quieres verme. ¿Qué tienen de importante esos recuerdos como para que te hayas aferrado tanto a ellos? —Observó por un momento a Senku cuya mirada era inexpresiva, pero evitaba por completo el contacto visual con él—. Acaso… no puede ser, ¿de eso se trata todo esto?

—¿De qué estás hablando?

—Senku Ishigami, ¿acaso estás enamorado de mí?

—¿Qué? —preguntó viendo al mentalista a los ojos.

—¿En serio? ¿Por eso estabas tan desesperado en devolverme mis recuerdos? ¿Porque tú y yo estábamos saliendo? —Dejó salir una pequeña risa que desconcertó al menor. Esbozando una pícara sonrisa Gen se acercó a Senku de tal forma que el científico retrocedió un par de pasos por la cercanía que se había formado entre ambos—. ¿Sabes? Viéndote más de cerca me doy cuenta de que tu rostro no está nada mal. —Volvió a cruzar los brazos—. Ahora que averigüé lo que pasa contigo, déjame adivinar cómo fue que un mago de mi nivel terminó saliendo con un científico como tú. Oh, no me digas que me estuviste suplicando día y noche hasta que por fin acepté tener algo contigo, porque de ser así, debió ser algo muy divertido de ver.

Gen no pudo reprimir más la risa y dejó que sus carcajadas inundaran el observatorio. Senku cerró los ojos para respirar profundamente y tomando a Gen por sorpresa lo empujó hasta acorralarlo entre la pared y él.

—¿De verdad quieres saber si tu teoría es correcta? —preguntó viéndolo fijamente a los ojos—. Estoy diez billones por ciento seguro de que lo irás descubriendo por tu cuenta. ¿Qué dices, mentalista? ¿Hacemos que nuestras respuestas coincidan? —Tomó a Gen del mentón para levantar su rostro hacia él, de manera que sus labios estuvieran tan cerca el uno del otro, casi al punto de rozarse—. Porque eso sería algo muy emocionante.

Un escalofrío recorrió el cuerpo de Gen al punto de hacerlo palidecer. No se esperaba esa reacción por parte de Senku y tenerlo tan cerca lo había puesto nervioso al grado de no poder sostener el contacto visual con él, al percatarse de ello, Senku se alejó liberándolo de su prisión para acercarse a la gran ventana por donde el lente del telescopio salía.

—Regresa a la aldea. Esta conversación terminó.

Gen se alejó de la pared donde fue acorralado para digirise hacia la salida del observatorio, pero al llegar al inicio de las escaleras, sintió que aún no era suficiente para él; empuñó las manos y se dio la media vuelta, con paso firme se acercó de nuevo a Senku y con la misma fuerza con la que el científico lo había acorralado, lo atrajo hacia él por la espalda haciéndolo caer boca arriba. Antes de que Senku pudiera levantarse, Gen se colocó sobre él para sujetar sus muñecas a los costados de su cabeza.

—¿Qué demonios estás haciendo? —exclamó sin poder ocultar su sorpresa—. ¡Suéltame, Gen!

—No.

—¡Déjame ir!

—Ya te dije que no.

Senku comenzó a forcejear para liberarse del mentalista, pero sus acciones se detuvieron al sentir algunas gotas de agua caer sobre su rostro. Levantó la vista para encontrarse con Gen teniendo una expresión de tristeza mientras las lágrimas salían una a una de sus ojos, ocasionando que el científico se estremeciera al verlo quebrarse de esa manera.

—¿Por qué… no puedo recordar?

Los ojos de Senku se abrieron con sorpresa ante aquella pregunta.

—Perdiste la memoria al ser petrificado.

—¡Eso no es suficiente! —exclamó, ejerciendo un poco más de fuerza en las muñecas de Senku—. Todos en la aldea saben mi nombre, me tratan como su familia y hablan de un Gen aventurero que los ayudó por varios años. Esa persona claramente no soy yo.

—Sí lo eres, Gen.

—¡No! ¡No lo soy! —Las lágrimas salían con más intensidad de sus ojos—. No sé quién soy, no sé qué hago aquí, no sé quién eres tú ni lo importante que eres para mí. No recuerdo nada y ya estoy harto de no saber.

Gen soltó las muñecas de Senku para sentarse a su lado, este igual se reincorporó para sentarse y sin pensarlo dos veces, abrazó a Gen dejando que se desahogara derramando todas las lágrimas que había guardado en lo profundo de su ser.

—Aún puedes recobrar la memoria —dijo una vez que el mentalista se calmó, deshaciendo el abrazo.

—¿Cómo?

—No lo sé, pero haré hasta lo imposible para hacerte recordar. —Con su pulgar secó las lágrimas que habían quedado varadas en la mejilla de Gen—. Te prometo que voy a devolverte la memoria.

—¿Y si nada funciona? ¿Y si al final no puedo recordar?

—Lo harás.

Senku se puso de pie y le extendió la mano a Gen para ayudarlo a levantarse.

—Ishi… Senku,  ¿tú y yo de verdad..?

—No vale la pena darte esa respuesta.

—Claro que sí, necesito saber qué clase de relación teníamos y si en verdad estábamos saliendo, haré todo lo posible por recobrar mis sentimientos hacia ti.

—Obligarte a enamorarte de una persona que dice ser tu pareja cuando no lo recuerdas, no es lo correcto.

—Tal vez, pero si acepté salir contigo fue por algo.

Senku se acercó de nuevo a la ventana.

—Eras mi esclavo —dijo manteniendo la vista en el oscuro cielo estrellado—. Te obligaba a trabajar conmigo hasta el amanecer, no dejabas de quejarte y en cierto punto me llegaste a hartar con tus reclamos.

—Trabajar sin descanso no es algo lindo. —Se acercó al científico, colocándose a su lado izquierdo para contemplar junto a él a las estrellas—. ¿Qué soy realmente para ti? —preguntó después de algunos segundos en los que los dos permanecieron en silencio.

—Un amigo —respondió empuñando las manos ante la mentira que se obligó a decir.

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*Aunque el fanfic está ubicado siete años después del final, he decidido conservar la edad canónica de Gen y el resto de los personajes para no irnos más allá de la adultez presentada por Inagaki.

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