El último show | Capítulo 29. Salida.
—¿Estás seguro de esto? —Preguntó Pascu con seriedad, cerrando la puerta de la habitación de Rodri tras de sí.
—No puedo retenerte a mi lado tanto tiempo mientras lucho con mis inseguridades, intenté hacerlo en el pasado y todo terminó en un desastre. Es por eso que, a diferencia de hace seis años, quisiera que tengamos una despedida sin pelear.
—Sabes que esto nos dolerá aún más, ¿verdad?
—No quiero arrepentirme después por no haberlo hecho —bajó la mirada—, yo sí quiero un último beso.
—Yo también quiero —levantó el rostro de Rodri al llevar la mano sobre su mentón—, pero tengo miedo de hacerlo porque sé que ese será el final.
—Lamento hacerte sufrir tanto.
—Prometí que primero tú me lastimarías a mí antes que yo a ti, me da gusto saber que fue así —retiró su mano del mentón del contrario para llevarla a la mejilla izquierda del compositor.
—Álvaro —cerró los ojos unos segundos al sentir que se le empezaban a humedecer—, ¿harías el amor conmigo por última vez?
Pascu inclinó un poco la cabeza para alcanzar los labios del contrario y besarlo con todo el amor y la tristeza del mundo, el mismo Rodri pudo sentir los sentimientos del contrario con ese beso y, al igual que él, le transmitió los suyos en aquél baile lento que sus labios habían iniciado. Al separarse, se vieron a los ojos sin poder evitar que las lágrimas comenzaran a salir, dejando que sus corazones tomaran el control para expresar el dolor que en ese momento tenían al obligarse a desligar sus sentimientos para ya no sufrir más.
El ciclo había vuelto a iniciar.
Fue Rodri el que volvió a juntar sus labios y con esto Pascu lo sujetó de la cintura para caminar con él en dirección a la cama, recostándolo lentamente sin dejar de besarlo, permaneciendo encima de él para entrelazar sus manos con las del contrario y aprisionarlas entre él y el colchón. Pascu se alejó de los labios de Rodri para bajar a su cuello y empezar a besarlo, sabiendo que ese era un punto débil del contrario, ocasionando que Rodri apretara con fuerza sus manos entrelazadas al dejarse llevar por aquella sensación que solo el actor podía ocasionar en él.
Sus cuerpos empezaron a reaccionar al contacto del otro, especialmente con el roce de sus manos con la piel ajena en un intercambio de caricias que poco a poco fue haciéndose más grande. Las primeras prendas cayeron al piso y con ello varios suspiros que solo los dos podían hacer soltar al otro ya que conocían cada rincón del cuerpo ajeno.
“La felicidad y el amor son lugares donde uno desea estar siempre y donde a uno no le importaría terminar muerto”, que tan acertada ha sido esa frase para los dos porque en verdad querían permanecer a lado del otro sin importar el sufrimiento que les causara, pero no era correcto, su relación dejó de ser sana y volverlo a intentar tiempo después solo empeoró las cosas. Tal vez su destino era estar juntos, pero no hasta la eternidad.
—Rodri... —gimió el actor al sentir los besos del contrario sobre su piel, quedándose marcados como los tatuajes que llevaba consigo.
Las últimas prendas fueron retiradas y con ello surgió un último beso con el que se aferraron al otro para unirse en un solo. El ritmo despacio de ese vaivén fue suficiente para que ambos quedaran inmersos en la sensación placentera que mutuamente se cedían.
—P-Pascu... —gimió en voz baja en el oído del contrario, recorriendo con sus manos aquél tatuaje en su espalda que tanto le encantaba.
La nostalgia de la primera vez se hizo presente ante esa última ocasión.
Nuevamente sus ojos lloraron, con cada beso se decían “te amo” y con cada caricia decían lo muy importante que eran para el otro. No fue igual que hace seis años, esta vez sí tuvieron una despedida y, entrelazando sus manos con fuerza, dejaron salir un último suspiro para poder besarse por última vez.
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29. Salida.
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Helena le sirvió una taza de café a Clara mientras permanecían sentadas en el comedor. La actriz había ido a verla en la noche tras salirse en silencio de la casa de su hermano al verlo entrar a su habitación con Pascu, pidiéndole casi rogando a la mujer que la dejara quedarse a dormir ahí ya que intuía que Pascu no regresaría hasta la mañana y, tras decirle los motivos por los que creía eso, Helena no dudó en acogerla en el departamento.
—La he liado.
—No lo hiciste con mala intención, solo querías que ellos hablaran.
—Y vaya que lo logré, ¿cierto?
—Clara, las personas suelen recurrir al sexo de reconciliación.
—Pero tú y yo sabemos perfectamente que aquí no habrá ninguna reconciliación, no hay la más mínima esperanza en ello —fijó su vista en la taza de café que tenía enfrente—. Apresuré las cosas.
—No es así, esto iba a pasar de todas formas, después de todo, solo quedan dos días. Y tampoco debes sentirte mal por haber tratado que ellos dos hablaran con la excusa de una llave olvidada, si supieras la cantidad de cosas que Alex y yo hicimos para tratar que se reconcilien, te darías cuenta de que lo que hiciste no fue nada grave.
—No sé si sentirme mejor o peor.
—Soy pésima levantando el ánimo, así que trata de sentirte mejor —encendió la pantalla de su celular para ver la hora—, si anoche en verdad pasó lo que tú y yo pensamos, ¿crees que haya habido una mínima posibilidad de que Álvaro hablara?
—No lo creo, ha de esperar hasta el sábado.
—¿Y qué crees que pase cuando eso ocurra? Las cosas empeorarán, ¿verdad?
—Te mentiría si digo que no, el ciclo volvió a empezar y, cuando esta bomba estalle, todo terminará mal.
—Recuperé mi voz —exclamó con alegría al tiempo que abrazaba a Javier.
—¿Qué tan loca tienes que estar para haberte metido a un entrenamiento tan drástico?
—Valió la pena, ahora Ramsés tiene a un coach profesional en su campamento y yo saqué provecho de ello —dijo tocando su garganta—. ¿Te gustaría escuchar mi nueva voz diciendo tu nombre? —Preguntó con una voz seductora que hizo entremecer al mayor.
—Alex Ramírez, ¿quién demonios te corrompió a ese nivel?
—La persona que te tiene idiotizado —se cruzó de brazos—, ya te tardaste mucho en pedirle que sea tu novia, ¿no crees?
—No lo voy a hacer.
—Javier, llevas un año tratando de enamorar a Helena, ¿por qué te piensas rendir ahora?
—Algo me dice que me va a friendzonear.
—Yo soy la que te tiene en la friendzone, puñetas.
—Y ella también lo puede hacer.
—No puede ser que seas tan pende... —se contuvo para no terminar la oración— ¿por qué a estas alturas no te haz dado cuenta de los sentimientos que ella tiene hacia ti?
—Solo soy un pasatiempo para ella, no está enamorada de mí, ¿o sí?
—Cambia la graduación de tus gafas para que puedas ver la respuesta y más vale que lo hagas antes del último show.
—¿Por qué?
—Para hacerlo más simbólico —respondió rápidamente al darse cuenta de lo que había dicho.
—¿Acaso ella...?
—Ignora lo que dije, solo no tardes en pedirle que salga contigo.
—Alex —tomó uno de sus brazos evitando que se alejara—, ¿qué tanto sabes sobre esa situación?
—¿De qué hablas?
—Tú sabes muy bien a lo que me refiero.
La actriz lo miró con sorpresa por unos segundos antes de soltar un largo suspiro.
—Sé lo mismo que tú y por esa razón sostengo mi consejo: pídele que sea tu novia antes de que sea demasiado tarde.
Ramsés y Miguel no pudieron articular palabra alguna ante lo que habían escuchado por voz de Clara, por no mencionar que seguían sorprendidos de que la mujer haya regresado a Madrid.
—Debo hablar con Pascu —mencionó Miguel—, iré a su departamento, estoy seguro de que Rodri vendrá aquí para hablar contigo —le dijo a su esposo.
—Sabíamos que esto terminaría mal, pero no creí que el ciclo tal cual se volviera a repetir.
—Y aún falta la peor parte del ciclo —mencionó Clara—. Estuve hablando con Helena y las dos coincidimos en que lo mejor es contarles a ustedes dos cuál será la gota que derramará el vaso, no nos creemos capaces de poder controlar la situación, así que vamos a necesitar su ayuda.
—¿Hay un problema mayor? —Preguntó Ramsés.
—Creo saber a lo que te refieres —comentó Miguel recordando la vez que invitó a Pascu a desayunar.
—Helena me dijo que nadie sabía de esto —mencionó Clara—, excepto por Alex y... creo que se llamaba Emily.
—Pascu me dijo antes de ir y arreglar las cosas con Helena —volteó a ver a su esposo—. Es una larga historia.
Dos días restaban para que la temporada de “El cielo en tu mirada” llegara a su fin, aquella obra en la que tanto habían trabajado y que por poco no llegaban a estrenar. Habían pasado tantos momentos, buenos como malos, durante el camino, que todos tenían sentimientos encontrados ante la última función, principalmente Alex cuya puesta en escena fue el motor que la impulsó a seguir adelante tras la tragedia vivida.
En un abrir y cerrar de ojos, el sábado había llegado y con ello el último ensayo antes de que el telón se abriera para dar inicio con la última función. En primera fila se encontraba Clara quien no pudo evitar soltar varias lágrimas con la obra que su hermano había escrito, identificando al instante la verdadera historia en la que se basó para crear el guión.
—Nadjia, no puedo perderte. Quiero estar contigo hasta el día de mi muerte.
—Dios —susurró al escuchar el diálogo de Pascu. «De verdad es la historia de ustedes dos», pensó sin poder evitar recordar la pelea que había escuchado por accidente años atrás.
Apagando las luces, todo el público en el teatro se puso de pie para aplaudir la puesta en escena que acababan de presenciar, esperando a que las luces volvieran a encenderse para ver a todo el cuerpo teatral que conformó la obra y aplaudiendo aún más fuerte al ver a Alex y a Pascu salir nuevamente al escenario para dar las gracias, seguidos de Javier y Rodri quienes fueron las mentes maestras detrás del proyecto; tomándose de las manos, dieron las gracias en conjunto para despedirse del público mientras el telón se iba cerrando, dando por finalizado el último show.
—Estoy muy orgullosa de ti —exclamó Clara, abrazando con fuerza a su hermano tras entregarle el ramo de rosas que le había comprado—. Creaste una obra maestra.
—Gracias.
—¿Quién es mi actriz favorita? —Preguntó en voz alta, captando la atención de los dos hermanos.
—¡Yo! —Respondió Alex con emoción para abrazar a Oli que había ido a verla en su última función—. Irás con nosotros, ¿verdad?
—¿No habrá problema con ello?
—Por supuesto que no, eres mi invitada —abrazó a Oli de medio para girarse hacia donde estaban los demás—. ¡Vamos a beber!
Para celebrar el cierre de temporada, todos acordaron salir al bar terminando la función para embriagarse hasta el amanecer. Estando ahí, Clara trató de presentarse ante Alex pero ella se adelantó ya que la había reconocido y, al admirar el trabajo que hizo como animadora de DLH, no pudo evitar sacar su lado fangirl con ella; al mismo tiempo, Clara y Oli se reencontraron, pero gracias al entusiasmo de Alex las dos pudieron hablarse como si nada hubiese ocurrido.
Pasando las primeras rondas de cerveza, todos se sumieron entre pláticas, risas y anécdotas vividas durante la temporada, incluyendo a Pascu y a Rodri quienes no habían vuelto a hablar tras aquella noche, pero en ese momento se la pasaron bien recordando lo que habían pasado durante ese año.
—¡Alex! —Llamó Mario asustando a la joven que estuvo por tomar su cerveza—. Los resultados.
—Mierda, era hoy.
—¿Qué resultados? —Preguntó Ramsés con curiosidad.
—Bueno, ¿recuerdan la misión ultrasecreta que nunca les conté? En realidad se trataba de un casting para una película.
—¿Cuándo lo hiciste? —Preguntó Rodri sorprendido.
—Hace unas semanas, no quise decir nada hasta tener los resultados pero, olvidé que salían hoy.
—Revisa la lista —pidieron Helena y Javier a Mario.
Un minuto, que parecía eterno, es lo que el representante de Alex se tardó en revisar la lista, hasta que por fin alzó la mirada hacia la joven. —¡Tienes el protagónico!
Ante la noticia, todos en aquella mesa gritaron de felicidad por la victoria de Alex, siendo la actriz la más sorprendida de todas que no se lo creyó hasta que sacó su teléfono para ver la lista publicada y encontrar su nombre en él.
«Listas...», pensó Alex unos minutos más tarde de las felicitaciones para volver a tomar su teléfono y buscar una publicación en específico que revisó minuciosamente para después fijar su vista en Helena y mirarla con seriedad para asentir.
—Prestame tu teléfono, quiero ver tu nombre yo mismo.
—¡Espera! —Exclamaron Helena y Alex al mismo tiempo cuando Rodri tomó el celular de la joven.
Cambiando su expresión de alegría a una más seria, Rodri presto total atención a la lista frente a él que no correspondía a las audiciones de Alex, sino a las de alguien más.
—¿Aplicaste para Broadway? —Le preguntó a Pascu con seriedad, dejando a todos sorprendidos ante ello.
—¿Eso es cierto? —Preguntó Mario a lo que el actor solo permaneció en silencio.
—Felicidades, te aceptaron —mencionó Rodri para devolverle su celular a Alex—. Con permiso —dijo para levantarse de su asiento y dirigirse hacia la salida del bar mientras que Pascu cerró los ojos antes de levantarse e ir detrás del compositor.
—Lo siento —dijo Helena a los demás—, la fiesta se acabó.
—¡Rodri! —Llamó el actor al salir del bar, deteniendo el andar del contrario—. Por favor, espera.
—¿Para qué? —Se dio la media vuelta para encararlo—, no hay nada qué decir.
—No quería audicionar.
—Pero lo hiciste y te aceptaron, Álvaro te irás a otro continente y no me dijiste nada —el actor solo bajó la mirada—. Creí que terminando la temporada podríamos entablar una amistad nuevamente pero, solo fue una idea, al final te irás.
—No iré a Broadway —mencionó dejando confundido al compositor al mismo tiempo que Helena y Clara salían del bar—. No pienso abordar ese avión.
—¿Por qué?
—No quiero alejarme de ti otra vez.
[𝑺𝒐𝒖𝒏𝒅𝒕𝒓𝒂𝒄𝒌 𝟏𝟖]
[𝑌 𝑡𝑢́ 𝑡𝑒 𝑣𝑎𝑠 - 𝐶ℎ𝑎𝑦𝑎𝑛𝑛𝑒]
Rodri no sabía si sorprenderse o confundirse más por las palabras de Pascu. —¿Qué clase de excusa es esa?
—Ninguna, solo dije la verdad.
—Álvaro...
—No, ya basta, ahora tú me vas a escuchar a mí —dijo con firmeza al interrumpir al compositor—. Sé que hace dos noches tú y yo mandamos a la mierda nuestros sentimientos, pero realmente no puedo olvidar que los dos lo volvimos a intentar, ¡no puedo! Te sigo amando y con más fuerza que antes, no puedo simplemente darme la vuelta y olvidarte.
—Tienes que...
—Dije que me escucharas —lo volvió a interrumpir—. Ya estoy cansado, Rodri, ya no quiero que sigas huyendo cada vez que sientas que todo se va a ir al carajo; traté de entenderte, quise que tengas esa despedida que me pediste, pero tú sabes perfectamente que no te quieres alejar.
—Esto dejó de funcionar, ¿no te das cuenta? Volvimos al mismo problema de siempre.
—Y ahora se puede solucionar.
—¡No podemos! Se volvió enfermo, ya no se puede solucionar —su voz se empezó a entrecortar.
—No te cierres a ello —se acercó a Rodri para tomarlo de las manos—, nuestra canción no puede terminar así.
—¿Y qué quieres hacer? Hay un vuelo que te espera.
—Te dije que no me iría, no si tú no quieres.
—¿De qué hablas?
—Hice la audición pero fui muy claro con Helena al decirle que no era seguro que me fuera si llegara a quedar, yo dependo de ti —secó el par de lágrimas que Rodri había derramado—. Pídeme que me quede a tu lado y dejaré a Broadway por ti.
El compositor no podía creer lo que Pascu le había dicho, se negaba a que lo hubiera hecho y detestaba que de sus labios esas palabras fueran pronunciadas. El actor había acertado en todo, Rodri en verdad no quería que las cosas entre los dos terminaran por completo, pero él mejor que nadie sabía perfectamente que no podían seguir haciéndose daño, porque por más que trataran de solucionar todo, siempre volverían a lo mismo.
Por un momento dudó, no sabía qué era más egoísta: si pedirle que estuviera a su lado pese al infierno que vivirían juntos o dejarlo ir para que los dos pudieran sanar sus heridas y recuperar su estabilidad emocional.
—No puedo hacer eso.
—Sí puedes, son solo unas palabras.
—Álvaro... —fue interrumpido por Pascu y el beso inesperado que le dio en los labios y que no pudo evitar corresponder.
—Te amo —dijo al separarse de Rodri.
—Pero yo a ti no —respondió mientras las lágrimas salían de sus ojos.
—¿Q-qué estás...?
—No te amo, Álvaro.
—Rodri, eso no es cierto.
—Tú no sabes absolutamente nada —se secó las lágrimas que resbalaban por sus mejillas—. Vete a Broadway.
—Rodri...
—¡Vete! —Exclamó empuñando las manos—. Sube a ese avión y cumple tu sueño.
—Mi sueño eres tú.
—Ya no más.
Helena y Clara intervinieron alejando el uno del otro para evitar que la discusión continuara. Mientras Helena trataba de llevarse a Pascu, Clara hacía lo mismo con su hermano llevándolo de vuelta al bar.
—¡Mientes! —Exclamó Pascu con la voz entrecortada—. ¡Estás mintiendo, Rodri! ¡Deja de huir y di la verdad!
—Vete de aquí, Álvaro —respondió entre lágrimas—, tú y yo no tenemos nada más de qué hablar.
—Me niego a creerte —se liberó del agarre de Helena al tiempo que Ramsés y Miguel salían del bar para ayudar a las dos chicas—. Mírame a los ojos y dime que no me amas, si lo haces, me iré de aquí.
El compositor le pidió a su hermana que lo soltara, estando dispuesto a cumplir la petición del contrario; al ver esto, Ramsés le dedicó una mirada a su esposo para que se colocara detrás de Pascu mientras él paraba al primer taxi que cruzara.
—Si eso es lo que quieres —alzó la mirada para ver a Pascu directamente a los ojos—, no te amo Álvaro, dejé de hacerlo, solo me obsesioné contigo. No tengo ningún sentimiento hacia ti... nuestra canción llegó a su fin.
Tras decir esas palabras, Pascu lloró amargamente y fue detenido por Helena y Miguel para que no se abalanzara contra Rodri mientras gritaba desesperadamente que dijera la verdad. Ramsés consiguió parar un taxi y, haciendo el mayor esfuerzo que le era posible, ayudó a su esposo a meter a la fuerza al actor para acompañar a Helena a llevarlo a su departamento, dejando a Clara con Rodri quien igual lloraba desconsoladamente abrazando con fuerza a su hermana.
Esa salida de celebración terminó en una tragedia para los dos, repitiendo el ciclo de hace seis años con el último concierto que dieron para despedir a Destripando la Historia, separándose con una pelea tras su último show. A la mañana siguiente, ninguno de los dos quería salir de sus camas, tan solo se la pasaron llorando y mandando a todos a la mierda para que los dejaran en paz; así estuvieron por tres días hasta que Pascu se lavó la cara y al verse en el espejo le dijo a Helena con firmeza que comprara sus boletos de avión.
Por voz de Clara fue que Rodri se enteró que Pascu en verdad se iría a Broadway, limitándose solamente a asentir para cubrirse con su sábana y volver a dormir. Llegado el día, todos fueron a despedirse de Helena y el actor, incluyendo Clara que no pudo hacer más que decirle “lo siento” a Pascu mientras lo abrazaba; al escuchar el llamado de su vuelo, los dos se despidieron de sus amigos para abordar el avión que los llevaría a Nueva York.
Y la historia nuevamente se repitió.
Corriendo con todas sus fuerzas, Rodri entró al aeropuerto en busca de la puerta donde los pasajeros de aquél vuelo abordarían, pero a diferencia de hace seis años, esta vez llegó tarde. Por intuición se giró hacia la ventana del edificio y pudo ver a Helena y a Pascu subir al avión que los llevaría a su destino, sintiendo una presión en el pecho al ver al actor desaparecer de su vista, tan solo se acercó a la ventana y permaneció ahí observando al avión despegar mientras sus lágrimas volvían a brotar.

