Hojas de otoño | Capítulo 09. Almohada.

—Alberto tenía instrucciones de no tocar ninguna canción lenta durante la fiesta. A pesar de ser una celebración romántica, la idea era que todos bailaran hasta cansarse —se cruzó de brazos—, te creí capaz de todo, menos de armar ese plan.

—¿De qué estás hablando, Ramsés? —Preguntó Clara con inocencia mientras se sentaba frente a la mesa.

—Fuiste tú quien le pidió cambiar las canciones, ¿cierto?

—A veces detesto tu sexto sentido —le extendió una de las copas con licor que le habían dejado en la mesa donde estaba—. Solo quise darle un empujoncito a mi hermano.

—Eso lo entiendo, por me cuesta creer que tu plan haya funcionado.

—Lo sé, tampoco esperaba que en verdad se pusieran a bailar —tomó una copa de la mesa para ella y le dió trago antes de continuar—. Se veían muy lindos, de verdad estarían bien juntos.

—¿Pascu tiene tu bendición?

—Creo que es el único que puedo decir que quiero como cuñado. —Rodri llegó con ambos y se dejó caer en la silla contigua a la de ella—. ¿En dónde estabas? Desapareciste por un momento.

—Estaba en el baño —tomó una copa de la mesa y bebió su contenido de un solo trago—. No sirvo para esto —dijo atragantándose con lo que había tomado.

—Obviamente no, eres primerizo en tomar alcohol de esa manera.

—¿Por qué de repente te quieres embriagar? —Preguntó Ramsés para alzar una ceja con picardía—. ¿Acaso no te gustó bailar con Pascu?

—No dije eso —miró con seriedad a su hermana y a su amigo—. ¿Cuándo planearon esto?

—¿De qué hablas? —Preguntaron al mismo tiempo.

—No se hagan los tontos, se supone que no iban a tocar ninguna canción de ese estilo y por qué precisamente lo hicieron cuando entré a la pista con Pascu.

—Tal vez solo se trata de una mera casualidad —cruzó las piernas—, ¿y bien, hermanito?, ¿qué tal estuvo tu baile con él?

—Dios... —resopló haciendo que Clara y Ramsés se vieran a los ojos para luego llevar sus copas a la boca—. Pascu me gusta.

Sus dos acompañantes escupieron su bebida ante la declaración inesperada de Rodri, Clara quedando boquiabierta mientras Ramsés se atragantaba con lo que logró tomar de su bebida.

—¿Qué fue lo que dijiste? —Ramsés tosió entre cada palabra.

—No voy a repetirlo.

—Rodri —tomó a su hermano de las manos y lo miró fijamente a los ojos—, ¿estás admitiendo que sí sientes algo por él?

Suspiró antes de responder.

—Por desgracia, sí.

🍁

Los días de noviembre fueron pasando y el nuevo vídeo de DLH retomó su proceso de creación después de que el evento de Ramsés y Miguel terminó. Pese a que por fin Rodri admitió sentir atracción por Pascu, prefirió no tomarle importancia al tema para enfocarse de lleno a la creación de la canción para el vídeo, pero le costó concentrase como debía al tener al actor junto a él en todo momento ya que juntos trabajaban en la composición de los DLH y, por primera vez, a Rodri le pareció una tortura estar junto a él.

Pascu le gustaba, ya no podía negarlo, pero tampoco le agradaba la idea de que así fuese pues en su mente prevalecía la idea de que tener una relación con él podría ser el más grande error que pudiera cometer. Era tanto su temor a arruinar todo y a perder la amistad tan hermosa que los dos habían forjado por tanto tiempo así como mandar al caño todos sus proyectos, DLH siendo el principal afectado, que empezó a considerar la idea de guardarse sus sentimientos para él mismo y así evitarse tantos problemas; después de todo, Pascu no tendría porqué saber lo que él sentía, no es como si le importara o le correspondiera.

Uno nunca sabrá la respuesta hasta preguntar.

La canción se terminó de grabar al mismo tiempo que Pascu terminó los bocetos que le faltaban para comenzar a animar las partes tediosas, así que el trabajo que quedaba era colorear los dibujos, asegurarse de que la animación sea fluida y que todo cuadre al colocar la canción de fondo durante el montaje.

—Mis ojos no dan para más —mencionó Rodri al terminar de colorear un panel—, mañana voy a delinear todo.

—Yo creo que mejor nos vamos a dormir, ya nadie puede mantenerse despierto —dijo Clara para bostezar—, ¿nos podemos quedar?

—Mi casa es su casa —respondió Rodri—, iré por las sábanas y almohadas.

Clara se levantó de su asiento para ayudar a Rodri en lo que sus demás compañeros se encargaban de guardar las tabletas con los archivos que editaron. Eran casi las tres de la mañana, se habían desvelado de más tratando de terminar el vídeo pero al final siempre seguirían trabajando en él un par de días más; cuando eso pasaba, todo el equipo se quedaba con Rodri a dormir, acomodándose en la sala a excepción de Rodri y Clara que dormían en la habitación.

—¿Por qué no te das un baño? —Le preguntó a su hermana—, así podrás descansar mejor.

—Te tomaré la palabra, ya vuelvo.

Mientras Clara se dirigía al baño, Pascu y los demás fueron eligiendo los muebles del sofá dónde iban a dormir, tomando cada uno las sábanas y almohadas que Rodri les dio.

«Falta una» pensó el actor al ver que no alcanzó una almohada para dormir.

Intuyó que se había quedado en la habitación de Rodri por lo que se dirigió ahí para pedírselo.

—¿Interrumpo? —Preguntó tocando la puerta para después abrirla—. ¿Rodri?

Al entrar a la habitación del compositor, lo encontró recostado en la cama durmiendo con plenitud. Pascu sabía que estaba muy cansado pero no creyó que tanto al grado de quedarse dormido tan pronto.

«Ahí está» vio la almohada faltante en el piso, a un lado de la cama, así que se acercó para tomarla. —Me iré lentamente para no despertarte —dijo en voz baja permaneciendo de pie frente a Rodri.

Con cuidado tomó la sábana de la cama con su mano libre para cubrir al contrario quien parecía que solamente se había recostado y quedó rendido ante Morfeo. Cuando Pascu lo terminó de arropar, permaneció observando el rostro de Rodri, analizando cada detalle de él recorriéndolo con sus dedos al aire para evitar tocarlo directamente; no lo había notado hasta ahora, pero sus cejas pobladas y su barba le gustaban, incluso esa pequeña arruga que se le formaba en medio de las cejas cuando fruncía el entrecejo y cuando se reía.

«Me temo que nunca te lo podré decir» se inclinó hacia él para depositarle lentamente un beso en la frente. —Buenas noches, Rodri —susurró para alejarse del contrario y sujetar con ambas manos la almohada que había tomado.

Al voltearse hacia la puerta, palideció al encontrarse con Clara de pie en la entrada. Había regresado para pedirle a Rodri una toalla limpia pero permaneció en silencio al ver a Pascu besar a su hermano.

—No es lo que...

Clara tomó a Pascu de la muñeca izquierda y se lo llevó con ella afuera para no despertar a Rodri.

—¿Qué hacías ahí dentro?

—Faltaba una almohada así que la vine a buscar.

—¿Y eso que vi?

—¿Qué es lo que viste?

—Tú lo sabes perfectamente —exclamó tratando de ocultar lo más que podía su emoción—. Parecía la escena de “la bella durmiente”.

—No besé a Rodri.

—Sí lo hiciste, en la frente —dijo señalando la de ella misma—. ¿Por qué lo hiciste?

—¿Me estás reclamando?

—¡No! Solamente quiero saber los motivos que te orillaron a besarlo en silencio para saber qué idea debo de hacerme de ti ahora y decidir si debo golpearte por aprovecharte de Rodri o fingir que no vi nada.

—Tus amenazas me aterran.

—¡Pascu! —Tomó los brazos del contrario para sacudirlo—, ¿qué pasó ahí?

—Te lo diré pero suéltame —pidió algo nervioso, temiendo que Clara se pusiera a gritar y despertara a los demás.

—Está bien, está bien —soltó a Pascu—, entonces, ¿qué es lo que pasa?

—Yo... —sujetó con fuerza la almohada y se mordió el labio inferior antes de continuar— me enamoré de él.

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