Capítulo 09

—¡Levi, Hange!

Tras el llamado de Erwin, los dos capitanes fueron directo hacia el titán de ocho metros para derrotarlo.

—A mi señal —ordenó Levi a la castaña—. ¡Ahora!

Ambos hicieron un corte en los tobillos del gigante y mientras este caía al piso Levi rebanó el punto débil de su nuca.

—Capitán —mencionó Petra llegando con Moblit a su lado—, regresemos a la alineación para recibir órdenes del comandante.

—Berner.

—Sí, señor.

—Hange está herida, ayúdala a regresar.

—¿Qué te hace pensar que estoy...?

—Tardaste demasiado en hacer tu ataque —interrumpió—, además de que llevas sujetando tu cadera por diez minutos y tienes una mancha de sangre que no se evapora. —Fijó su vista en Moblit—. Mantenla a salvo.

Dicho esto, Levi se fue con Petra usando su equipo de maniobras mientras Moblit permanecía de pie a un costado de Hange.

—¿Qué tan grave es?

—Es solo un pequeño corte.

—Haré que te pongan un vendaje.

—Estaré bien. —Guardó sus cuchillas para acercarse al cuerpo sin vida de aquél gigante—. Hubiera sido un excelente ejemplar.

—¿De verdad crees que te iban a dejar capturarlo?

Hange sujetó uno de los brazos del titán para alzarlo, confirmando su teoría de que este era ligero.

—Algún día voy a capturar a un titán.

—¿Me mandó a llamar?

—Así es. Toma asiento.

—¿Pasa algo, capitán? —Preguntó sentándose en la silla frente al escritorio.

—¿A qué escuadrón perteneces?

—¿Disculpe?

—¿A qué escuadrón fuiste asignado, Berner?

—Al de usted, capitán.

—Entonces, ¿por qué pasas la mayoría del tiempo en el escuadrón de Hange?

—Señor, yo solo soy un mensajero. Entrego los documentos y mensajes que usted ordena se les haga llegar, de ahí en fuera no paso tiempo con ese escuadrón.

—¿Seguro? He ido a las cabañas y no te he visto ahí, cuando le pregunto a Ral en dónde te encuentras, prefiere cubrirte a decir la verdad. Más de un soldado te ha visto con el escuadrón de Hange y con Hange —se recargó en el escritorio quedando frente a él—. Te lo preguntaré nuevamente, ¿a qué escuadrón perteneces?

—A su escuadrón, capitán Levi. —Empuñó las manos—. Pero, no puede prohibirme ver a mis amigos. Cumplo con mis deberes aquí, termino mi papeleo a tiempo y acato todas las órdenes que se me dan. No descuido mis obligaciones, solamente saco tiempo para estar con ellos y ayudarlos en sus investigaciones. —Suspiró—. Ellos son mis mejores amigos y es cierto que aquí tengo a Petra pero, el vínculo que tengo con los chicos es igual de especial para mí.

—¿Y Hange? ¿Igual es especial para ti? —Moblit lo miró con sorpresa y permaneció en silencio para después asentir bajando la mirada—. ¿Qué tan importante es para ti?

—Es mi mentora. Ella creyó en mí desde el inicio y me ayudó a crecer como recluta en el cuerpo de adiestramiento. Es...mi amiga —dijo mientras un leve sonrojo se hacía presente en sus mejillas.

—Ya veo. —Se alejó del escritorio para dirigirse a la ventana de aquella habitación—. Berner, escucha con atención.

—Nifa, ya fue suficiente —dijo Keiji con cierta dificultad mientras la joven de cabello rojizo le hacía una llave alrededor de su cuello—. No entiendo en qué momento te hiciste tan fuerte.

—Si hubieras aceptado entrenar conmigo después del trabajo lo entenderías.

—Tus entrenamientos son algo bruscos.

—Y tú eres un debilucho.

—Por favor, ya dejen de pelear y bésense.

—¡Cállate Abel! —Exclamaron al mismo tiempo.

—Los dos hablan de manera sincronizada, definitivamente son la pareja perfecta.

—Concuerdo con Abel —mencionó mientras pasaba la página del libro que sostenía en sus manos—, los dos ya deberían darse una oportunidad.

—¿Usted también? —Preguntó Nifa con una expresión de sorpresa.

—¿Ven? Hasta la capitana quiere verlos juntos.

—Cierra la boca, Abel —exclamó Keiji para hacerle una llave al contrario.

—¿Día de entrenamiento? —Preguntó Moblit observando el enfrentamiento de sus compañeros.

—Lo era hasta hace unos instantes —respondió Nifa—. ¿Qué te trae por aquí?

—El capitán Levi me mandó a preguntar si tienen un paño extra.

—¿Día de limpieza? —Preguntó Hange a lo que el contrario asintió—. Debo tener uno en mi escritorio, ¿me acompañas a...?

—Apresúrense, no queremos retrasos en la expedición —ordenó Mike a sus soldados.

—¡Sí, señor!

—¿Expedición? —Preguntó Nifa confundida tras haber escuchado a aquél capitán.

—Esperen aquí —dijo Hange para ir corriendo hacia su compañero—. ¡Mike!

—Sigan avanzando —le dijo a sus soldados—. ¿Qué pasa, Hange?

—Tú dime, ¿estás haciendo una simulación con tu escuadrón?

—¿Simulación? Nos estamos alistando para la expedición.

—¿De qué estás hablando? Erwin no ha dado indicaciones de una expedición en meses.

—Hange, saldremos de expedición en una hora.

—¿Qué?

—Deja de actuar a la sorprendida, sabíamos de esto desde hace dos semanas.

—Yo no sabía nada. —Mike permaneció en silencio observándola fijamente—. ¿Cuándo se reunieron con él?

—Nos habló de forma individual. Esta vez cada escuadrón tiene una misión diferente, ninguno de nosotros sabe lo que hará el otro, por eso nos habló de forma separada.

Hange permaneció en silencio mientras su escuadrón se iba acercando a ella en busca de respuestas.

—¿Tú sabías de esto? —Preguntó volteando a ver a Moblit cuya respuesta fue suficiente para tomar una acción.

—¿Hasta cuándo pensabas decirme? Todos tuvieron el tiempo suficiente para preparar a sus escuadras y nosotros ni siquiera le dimos mantenimiento a nuestros equipos. ¿Me estás escuchando? —Erwin permaneció en silencio revisando el mapa de alineación de las tropas que yacía sobre el escritorio—. ¡Erwin!

—Te escucho fuerte y claro Hange.

—Pues no veo que me estés prestando atención. —Erwin comenzó a enrollar el mapa sin dirigirle la mirada—. También somos parte de la legión, tú fuiste quien creó este escuadrón ¿y ahora nos excluyes?

—No los excluyo, Hange. Cada escuadrón tiene una misión diferente en esta ocasión.

—¿Y por qué no nos dijiste nada sobre la expedición?

—Porque no irán.

—¿Qué?

—Tu obsesión por acercarte a esas bestias ha hecho que no solo tu escuadra sino la de Levi se haya puesto en extremo peligro más de una vez, no puedo permitir que inocentes mueran solo por un capricho.

—¿Capricho?

—Estás tan obsesionada con querer capturar a un titán que no te das cuenta de todas las vidas que estás poniendo en riesgo.

—¿Y piensas dejarme aquí para darme una lección? ¿Y qué pasa con mi escuadrón? Podrías llevártelos si el problema soy yo.

—Lo pensé, pero bien podrías darles órdenes antes de partir.

—¿Me crees capaz de hacer algo así?

—Eres lista, Hange y sabes muy bien que tu escuadrón te es demasiado fiel como para acatar tus órdenes sobre las mías.

—Erwin, esto es ridículo.

—No puedo arriesgarme y lo sabes. Ponemos nuestras vidas en peligro al salir de los muros para encontrar una forma de salvar a la humanidad, ese es nuestro objetivo, así que es mejor que abandones tu sueño.

—¿Y si no lo hago?

—Entonces tu escuadrón y tú no volverán a salir de los muros.

—Erwin —Levi abrió la puerta de aquella oficina—. ¿Interrumpo algo? —Preguntó entrando a la misma.

—No —respondió Hange para pasar de largo a Levi y salir de la habitación.

—Así que ya se enteró.

—Tenía qué —suspiró—. ¿Tú escuadrón ya está listo?

—De eso vengo a hablar.

—¿Ya tomaste una decisión?

—No soy yo quién la deba tomar.

—¿Por qué no nos avisaron?

—Con tantas cosas en la cabeza tal vez al comandante se le olvidó avisarle a Hange.

—No, Petra, esto ya es más personal.

—Nifa...

—No importa, en la próxima expedición nos reincorporaremos. Hasta entonces, asegurate de hacer un buen descubrimiento.

—Lo haré.

—Petra —llamó Aurou acercándose con dos caballos.

—¿Segura de que estarás bien?

—Aprovecharé para entrenar con Keiji y Abel —respondió con una sonrisa antes de abrazar a su amiga—. Cuidate mucho.

—Te veré cuando vuelva —respondió para ir con Aurou y montar uno de los caballos.

Ambos se dirigieron a su alineación correspondiente, en espera de que su capitán llegara para darles indicaciones.

—¿Nifa está bien? —Preguntó Moblit.

—Lo estará.

—Por favor capitán, déjeme ir —exclamó llamando la atención de todos los presentes.

—Tu equipo está averiado y no tenemos tiempo para repararlo.

—¿Y no hay alguno de respaldo? Por favor, de verdad quiero ir a la expedición.

—Lo entiendo pero no voy a poner en riesgo a mis soldados. Sin un equipo de maniobras, tu muerte está asegurada.

—¿Entonces no hay forma en la que pueda ir?

—Solo si consigues un equipo en buen estado.

—Pero, ¿en dónde podría conseguirlo?

—Hey, Nanaba —llamó Levi—, ¿pasa algo?

—El equipo de mi soldado está averiado. Me temo que tendrá que quedarse.

—Tal vez yo pueda ayudarla. —Moblit se bajó de su caballo y se acercó a la joven—. Utiliza mi equipo.

—¿Qué? Pero, ¿tú como...?

—Me quedaré —la chica permaneció en silencio—, estoy seguro de que ayudarás allá afuera mejor que yo.

—Capitán, ¿no dirá nada? —Preguntó Petra.

—Berner tomó su decisión.

Moblit se quitó su equipo de maniobra y se lo entregó a la chica junto con sus cuchillas quién de inmediato procedió a colocárselo.

—No sé cómo podré agradecerte.

—Solo asegúrate de descubrir algo que nos permita salvar a la humanidad.

—Te prometo que así será. —Hizo el saludo militar antes voltearse hacia su caballo para montarlo—. Nunca olvidaré lo que hiciste por mí. ¿Podrías decirme tu nombre?

—Moblit Berner, ¿y tú?

—Ilse —tomó las riendas de su caballo—, Ilse Langner.

Entradas populares