Sonny
Los ojos de todos estaban puestos en la recién nacida que Moblit cargaba en sus brazos y dormía plácidamente ante el calor que su regazo le brindaba.
—Por fin conocemos a la fanática de la pasta dental —comentó Erwin.
—Es un alivio que no haya nacido de color azul por lo mismo.
—Es hija de Moblit, no de un avatar, Mike —replicó Nanaba dándole un pequeño golpe en el brazo—. Es muy bonita —dijo dirigiéndose a los nuevos padres—, los dos hicieron un gran trabajo.
—Gracias —respondieron al unísono.
—¿Tú no dirás nada? —preguntó Moblit al más bajo de los seis adultos.
Levi había permanecido de pie al otro extremo de la cama mientras que los demás se acercaron al costado del mismo para ver de cerca a Sonny. Desde que salieron del quirófano, el hombre no pronunció palabra alguna, tan solo mantenía la vista fija en la nueva integrante de la familia Berner.
—¿Está todo bien? —preguntó Hange.
El peliazabache asintió con la cabeza para rodear la cama, colocándose al costado de Moblit dónde no había nadie. Tragó en seco mientras intercambiaba la mirada entre la bebé y su amigo, hasta que al final un leve rubor apareció en sus mejillas.
—¿La puedo cargar?
Moblit no pudo evitar esbozar una sonrisa ante el comportamiento de su amigo y por esa misma razón no tuvo objeción alguna en prestarle a Sonny para que la cargara. Levi no era alguien cercano a los niños, incluso en su trabajo en la escuela le costaba mucho mantener la calma rodeado de varios adolescentes, pero con Sonny todo era distinto; desde que se enteró de su llegada no hizo más que contar los días para al fin conocerla, siendo fiel a su presentimiento de que el bebé de la pareja era una niña. Había esperado tanto por ese momento que aún estaba asimilando el hecho de que la pequeña por fin ya estaba con ellos.
Sintiendo el contacto de un nuevo regazo, Sonny se removió un poco entre los brazos de Levi, emitiendo un leve sonido mientras se acomodaba mejor para que el calor de Levi la envolviera permitiéndole seguir durmiendo con tranquilidad. Levi acarició suavemente la mejilla de la pequeña con su pulgar, grabando en su mente los rasgos de la bebé que eran una combinación perfecta de sus padres; como respuesta a su caricia, Sonny sonrió consiguiendo que la persona más seria de los seis adultos en aquella habitación también lo hiciera.
—Esta es la imagen más cercana que tendremos de Levi siendo padre —comentó Nanaba, incrédula ante la reacción fraternal que tuvo el hombre con la pequeña—, a menos que Erwin diga lo contrario.
—Erwin no tiene que decir nada —respondió el peliazabache—, yo soy quien toma las decisiones aquí.
—¿Acabas de admitir que sí quieres tener hijos?
—¿Cuándo les darán de alta? —preguntó Levi a la pareja, ignorando por completo el comentario de Mike.
—En tres días, aunque hubiera preferido que ya nos dejaran ir a casa.
—Acabas de tener una cesárea, necesitas recuperarte —dijo Hange a su esposo—. Además, Grisha me dio permiso de estar contigo en todo momento, así que ni tú ni estarán solos.
—No vas a quedarte con ellos estando así —mencionó Levi, frunciendo el entrecejo al ver la apariencia de la mujer—. Debes ir a casa a darte un baño y necesitas comer algo igual.
—Levi tiene razón, no probaste bocado alguno estando aquí y tampoco has dormido.
—Ni se te ocurra decir que estás bien porque todos sabemos que no lo estás —reprendió Levi a la morena al ver estuvo a punto de responderle a Nanaba—. Que el gigante y Nana te lleven a tu casa, Erwin y yo nos quedaremos con Moburrito.
—Pero…
—Estaremos bien —dijo Moblit al sujetar la mano de su esposa—. Aquí te esperamos.
Hange no tuvo más que aceptar ir con la pareja, dejando a su esposo y a su hija en el hospital, aunque sabía que los dos estaban en buenas manos, la mujer no puedo evitar sentirse ansiosa al irse y tanto Mike cómo Nanaba le dijeron que era una reacción normal al ser madre primeriza, así como también le hicieron ver que si en verdad quería cuidar de ellos, primero tenía que ver por sí misma para lograrlo.
—Tú igual necesitas descansar —dijo Erwin al ojimiel—. Tuviste una larga jornada, así que cierra los ojos de una vez.
—No puedo, tengo que cuidar a Sonny.
—Nosotros lo haremos —replicó Levi—, o al menos yo puedo hacerlo, no tengo intención de ir ningún lado hasta que regrese la cuatro ojos.
—Yo tampoco pretendo irme. —La voz de Erwin hizo notar su sorpresa ante la forma sutil en la que Levi dio por hecho su ausencia—. Te ayudaré a cuidar de Sonny como pediste.
—Pensándolo bien, no es necesario que lo hagas cuando tienes otros asuntos qué atender.
—No los tengo.
—¿En serio? Creí que te estaban esperando en Trost.
—¿A mí? ¿Por quién?
—¿De verdad quieres que lo diga?
—Dame a mi hija —pidió Moblit a Levi, interrumpiendo la discusión que se había formado en la habitación. El más bajo le entregó a Sonny y una vez que la tuvo en sus brazos, fijó la vista en sus dos acompañantes—. Tienen varias cosas que hablar a solas, así que vayan y arreglen sus diferencias, Sonny y yo estaremos bien.
—Necesitas descansar —exclamó la pareja al unísono.
—Lo haré, le pediré a una enfermera que me ayude con Sonny en lo que regresa Hange. Ustedes vayas y terminen con esta tensión que vienen arrastrando desde las últimas quince horas. —Fijó la vista en Levi—. ¹Yo también esperé varios años para que mi ship se volviera canon, es por eso que no me gusta verlos pelear.
Levi fijó la vista hacia otro lado manteniendo el ceño fruncido, Erwin en cambio dejó salir un largo suspiro antes de girarse hacia el más bajo.
—¿Te gustaría ir por un té?
Levi no respondió a su pregunta, tan solo respiró profundamente para darse la media vuelta y salir de aquella habitación de hospital, siguiendo al mayor.
Permaneciendo por fin a solas con su hija, Moblit contempló el pequeño cuerpo de Sonny que se encontraba envuelto en una manta de color lila que Nanaba le regaló, su pequeña por fin estaba con él y ya no le daría pataditas en su vientre, incluso sintió un poco de nostalgia al ya no tener esa pancita que Hange adoraba.
«Te pareces a ella» pensó al ver el color del cabello que la bebé tenía, así como la forma de su pequeña boca.
Acomodándose en el regazo de su padre, Sonny abrió los ojos para cerrarlos casi al instante para continuar con su siesta, permitiendo que Moblit de diera cuenta de que los ojos de la niña habían salido igual a los de él. Esbozó una sonrisa que fue opacada por un bostezo, el cansancio del parto le estaba pasando factura y estaba consiente de ello, pero aunque fuese por un momento más, quería seguir contemplando a su hija.
Algunas horas más tarde, Hange regresó al hospital bañada y descansada gracias a que Mike y Nanaba le dieron un somnífero, obligándola a dormir. Al llegar se encontró con Keiji, Abel y Nifa haciéndole compañía a Moblit quien igual recién despertaba del sueño en el que fue envuelto una vez que la enfermera se lleva a su hija a los cuneros.
—Mi sobrina es preciosa —comentó la pelirroja mientras le enseñaba a Hange el vídeo que había grabado de Sonny desde los cuneros—. Ahora empieza la batalla real para ustedes.
—No los atormentes que Moblit aún no sale del hospital —mencionó Abel fijando la vista en el mencionado—. ¿Cómo te sientes?
—Como si me hubiesen quitado un gran peso de encima.
—Al menos la espalda ya no te dolerá por los casi tres kilos de tu hija —dijo Keiji para dirigirse a Hange—. ¿Qué tal tu síndrome de Couvade?
—Ni lo menciones —exclamó la castaña con pesar—. Por cierto, ¿dónde dejaron a Petra?
—Le surgió trabajo de última hora en el laboratorio —respondió Nifa—, dijo que vendrá a verlos apenas pueda.
—¿Y los casi divorciados?
—No les digas así —pidió Moblit a su esposa, aguantando las ganas de reír por la forma en cómo los llamó—. Fueron a alguna cafetería, no he vuelto a saber de ellos.
—Increíble lo que puede ocasionar el regreso amistoso de un ex, ¿no creen? —comentó Keiji con cierta ironía.
—Por el bien de todos, ojalá que hayan solucionado su problema.
Después de un par de horas los tres chicos se despidieron de la pareja para retirarse del hospital. No tardó en que Grisha fuera a la habitación para revisar el estado de Moblit y al asegurarse de que todo estaba en orden, le pidió a Hange que ayudara a su esposo a levantarse ya que debido a que se le practicó una cesárea su cuerpo debía estar en movimiento para que la sutura no le ocasionara problemas; Moblit estaba seguro de que las contracciones le dolieron más, pero por alguna razón su cerebro había situado el dolor de la sutura en el puesto más alto, ocasionando que derramara un par de lágrimas al levantarse de la cama.
Hange sujetó las manos de Moblit y con mucho cuidado lo ayudó a dar los primeros pasos tras la cirugía, sabía que al principio el movimiento le causaría dolor, pero poco a poco se iría acoplando o al menos eso esperaba ya que al darlo de alta tendría que caminar por su cuenta para regresar a casa.
—Cuando te dije que cargaría con nuestra hija, pasé por algo la recuperación.
—No fuiste el único. —Lo ayudó a recostarse nuevamente después de algunos minutos caminando por la habitación—. Queríamos tener un hijo, ¿cierto?
—No me hagas arrepentirme.
—¿Eso es posible?
—No. —Dejó salir una pequeña risa—. Sonny es lo mejor que pudo pasarnos, jamás voy a arrepentirme de haberla traído a nuestro lado, incluso si tenemos otro hijo.
—Olvídalo, no voy a dejar que pases por lo mismo de nuevo. Si Sonny quiere un hermanito, lo adoptaremos.
—Esa es una gran idea —dijo llevando una de sus manos a la sutura de su vientre.
—Lamento interrumpirlos, pero ya es hora de alimentarla —anunció la enfermera de Moblit, entrando a la habitación con Sonny en brazos.
Con delicadeza la enfermera entregó a la bebé para después salir de la habitación, dejando a la familia en ese momento de intimidad. Sonny estaba inquieta, el hambre le estaba arrebatando la calma al punto de hacerla llorar.
—Esta es la cuarta vez que le doy de comer.
—Entonces ya debes saber cómo hacerlo.
Moblit desabrochó los botones superiores de su bata para abrirla y así dejar al descubierto uno de sus pectorales, acercó a Sonny a su pecho para que la pequeña pudiera acceder a su pezón de manera que pudiera empezar a beber la leche que su cuerpo producía para alimentarla, consiguiendo calmar el llanto de la niña.
—¿Qué ocurre? —preguntó Moblit al notar que los ojos de la castaña comenzaron a llenarse de agua.
—Nada, tan solo te ves precioso de esta manera.
—Hange, no llores.
—Lo siento, es que estoy tan feliz. —Se retiró las gafas para limpiar sus lágrimas—. Por mucho tiempo los dos intentamos formar una familia y que ese momento por fin haya llegado me parece tan irreal, como si fuese un sueño.
—Yo tampoco termino de asimilarlo, pero está pasando, ese sueño por fin se hizo realidad.
—Todo gracias a ti.
—A ambos, Sonny igual es tu hija después de todo, de hecho se parece más a ti que a mí.
—Te aseguro que cuando crezca, será tu vivo retrato.
El quejido de Sonny llamó la atención de ambos. La pequeña comenzó a inquietarse nuevamente por lo que Moblit la cambió de lugar para bebiera del otro pezón, pero tras un par de sorbos la niña volvió a llorar y buscó con desesperación la primera fuente de leche que probó, calmándose en el instante que volvió a beber de él.
—Es algo ociosa.
—En eso se parece a ti —respondió Hange con una sonrisa para acercarse a la mejilla de Moblit y depositar un beso en ella—. Te amo.
—Yo te amo más.
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¹ Referencia al capítulo 1 de “Dos palabras”, fanfic vinculado a esta historia. Disponible en mi perfil.