Sonny
Las manos de Mikasa se posaron con delicadeza sobre el vientre de su profesor, quedando maravillada con el ligero movimiento que el pequeño ser que habitaba ahí dentro dejaba percibir. Los ojos de la joven estudiante brillaron con ilusión de la misma forma que lo hicieron los de sus compañeros al sentir al bebé de Moblit saludarles de esa manera.
—Es un niño —mencionó la chica esbozando una sonrisa—, estoy segura de que lo es.
—No lo creo —comentó Armin—, el tamaño de su pancita es pequeñas y redonda, son características de una niña.
—Eso no siempre es verdad, hay casos de pancitas muy pequeñas con un niño ahí.
—¿Cómo sabes eso, Jean? —preguntó Sasha con curiosidad.
—Lo leí en la biblioteca, pero eso no importa, el caso es que el profesor está esperando a un niño, ¿o tú qué dices, Sasha?
—Para mí es una niña, mi corazón me lo dice.
—Profesor —llamó Eren observando su vientre—, ¿ya sabe qué será su bebé?
—Aún no, en la próxima revisión nos dirán.
—En ese caso, ¿por qué no hacemos un trato? —preguntó Jean al tiempo se cruzaba de brazos—. Formemos equipos con la opción que cada uno piensa sobre el bebé, aquellos que logren atinarle aprobarán su materia con cien.
—Que listo me saliste —respondió con una sonrisa—. No puedo pasarlos de esa manera, pero sí puedo darles puntos extra a los que consigan adivinar la identidad de mi bebé, ¿les parece bien?
—Por supuesto —exclamaron todos al mismo tiempo.
Sasha y Connie empezaron a organizar al grupo con sus apuestas para darle la lista a su profesor, de manera que pudiera saber a quienes tenía que darles los puntos extra una vez que supiera el género de su hijo. A Moblit le pareció gracioso que sus estudiantes se hayan puesto a discutir sobre quién adivinaba primero si su bebé era un niño o una niña, no creyó que a esos jóvenes les llegara a importar tanto y así como estaban apostando entre todos los amigos de Moblit también se encontraban en medio de una discusión que habían arrastrado durante tres días sobre el mismo tema, siendo Nanaba, Levi y Nifa los que apostaban por una niña mientras que Erwin y Mike aseguraban con su vida que el bebé era un niño.
Mientras todos discutían al respecto, Moblit y Hange se preparaban para la próxima revisión médica con Grisha, hasta el momento el embarazo se encontraba en óptimas condiciones, más allá de los constantes antojos del ojimiel que le quitaban el sueño a la morena. Cuando llegó el día los dos se dirigieron al hospital para su cita, estando igual de nerviosos que la primera vez, pero igual estaban entusiasmados de saber cómo estaba el progreso de su bebé.
—Interesante, esta vez no comiste pasta de dientes —comentó Grisha tras leer el reporte de seguimiento que le entregó la pareja—. ¿Pararon los antojos hacia el sabor?
—En realidad no, pero Hange consiguió un dulce de menta con un sabor muy similar al de la pasta, así que eso estoy comiendo con chocolate.
—Eso es un progreso, la pasta de dientes no se come.
—Llevo cinco meses diciéndole lo mismo, pero el señor está dispuesto a comerse todas las reservas —mencionó Hange consiguiendo que su esposo se sonrojara de vergüenza.
—Muy bien tortolitos, pasemos a la camilla para el ultrasonido.
Mientras Grisha preparaba la maquinaria, Moblit se recostó en la camilla con la playera levantado y el pantalón junto a su ropa interior por debajo de la zona pélvica, dejando al descubierto su hermosa y pequeña pancita de embarazado. Hange se colocó a su lado para sujetar una de sus manos y así presenciar juntos el ultrasonido de su pequeño que revisión tras revisión iba creciendo.
—Grisha, ¿es normal que mi pancita esté así de pequeña? —preguntó el ojimiel con algo de preocupación—. He visto que varias personas tienen un crecimiento muy grande para los cinco meses, además, tomando en cuenta todo lo que como...
—No debes preocuparte por eso, tú bebé está absorbiendo los nutrientes necesarios para su crecimiento y eso es lo importante, tu pancita debe crecer en los próximos meses y de no ser así entonces tú bebé estaría ocupando menos espacio de lo imaginado, pero estará sano, lo sé por el monitoreo que llevo de ti. —Tomó el frasco de gel especial para ultrasonidos y le colocó un poco al vientre de Moblit quien tuvo un pequeño escalofrío por la sensación helada del producto sobre su piel—. De acuerdo, veamos cómo está el futuro succionador de oxígeno de este mundo.
Grisha colocó el aparato sobre el vientre del profesor, presionando ligeramente para tener una mejor visión en el monitor. La pareja pudo observar una gran mancha en la pantalla que se movía de un lado a otro al tiempo que Grisha lo perseguía con el aparato, el bebé de ambos parecía jugar a las atrapadas con el doctor quien trataba de sacar una buena captura de la creatura dónde se pudieran apreciar sus manitas y sus pies, pero parecía una misión imposible por lo rápido que se movía el bebé.
—Por cierto —dijo Grisha manteniendo la vista fija en el monitor—, ¿quieren saber si tendrán un hijo o una hija?
—¿Podemos? —preguntaron los dos al mismo tiempo.
—Seguro, solo debo seguir jugando a las atrapadas para que puedan verlo.
La pareja intercambió miradas, era un momento importante para ambos y querían estar seguros de que ambos pensaran lo mismo.
—No —respondió Hange tras besar los nudillos de su esposo—, lo sabremos cuando nazca.
—Mauricio.
—No me gusta. Carolina.
—Muy formal.
Al volver a casa se dieron un baño y después se reunieron en la sala de su hogar para una pequeña cita con té y galletas para decidir cuál sería el nombre de su bebé. Si bien le dijeron a Grisha que no querían saber nada hasta el nacimiento, querían escoger dos nombres que a ambos les gustaran para su futuro hijo o hija.
—¿Deberíamos pedirle ayuda a los chicos?
—No creo que sea buena idea —opinó la morena—, ya viste cómo se pusieron tratando de adivinar si es ella o él. En Google deben haber nombres bonitos para bebés, recuerda que así encontré los nombres de nuestros gatos.
—No sé qué nombre esperar que elijas cuando a nuestros gatos les pusiste Sawney y Bean.
—A ti también te gustaron los nombres.
—Trataba de enamorarte en ese entonces, por eso acepté que se llamaran así —respondió recibiendo un almohadazo en la cara por parte de su esposa—. Ya pongámonos serios, ¿realmente cómo te gustaría que se llamara nuestro bebé?
—No lo sé, pero quisiera que tuviera un nombre bonito y con un lindo significado.
—En eso los dos estamos de acuerdo.
—Dejame buscar en la página donde encontré el nombre de Sawney —dijo tomando la laptop que tenía en la mesita del centro—, recuerdo que habían variantes del nombre.
—¿Le quieres poner un nombre de gato a nuestro hijo?
—Te voy a volver a pegar con el cojín —sentenció al tiempo que tecleaba en la laptop—. ¿Qué te parece Santino?
—No hablarás en serio.
—Claro que no.
—Menos mal, no puedo imaginar el pase de lista cuando vaya a la escuela.
—“Santino Berner, su tarea.”
—Qué horror —dijo entre risas—. ¿Hay algún nombre de niña?
—Sandra, Salamandra.
—Eso es un animal.
—Es lo que está aquí. —Siguió buscando entre las opciones hasta que encontró algo que llamó su atención—. Escucha, hay un nombre cuyo significado es “hijo”, dice que es un nombre para aquellos hijos fueron deseados con el corazón de sus padres, “un hijo, nuestro hijo.”
—¿Cuál es el nombre?
—Sonny.
Al pronunciar el nombre Moblit llevó las manos a su pancita debido a que su bebé lo había pateado, llamando la atención de sus padres.
—Creo que a alguien le gusta ese nombre —comentó Moblit esbozando una sonrisa—. Es un nombre neutro y bonito, me gusta.
—A mi también —dijo Hange para llevar una mano a la pancita de Moblit—. Un hijo, nuestro hijo.
Moblit asintió para bajar la mirada hacia su vientre.
—Te esperamos con ansias, Sonny.