Sonny
Tiró el empaque a la basura con tal fuerza que lo que había en su interior se terminó quebrando. Negativo, ese fue el resultado que Hange obtuvo de la prueba casera que decidió hacerse, confiada de que esta vez todo sería diferente. Sus ojos marrones se llenaron de lágrimas al ver que pasaba el tiempo y la prueba solamente tenía una marca, estaba más que segura de estar embarazada, pero todas sus esperanzas fueron destrozadas en el momento de la verdad.
Se acercó al espejo del baño y recargó las manos sobre el lavabo para inclinar la cabeza y dejar que las lágrimas se apoderaran de ella, maldiciendo con todas sus fuerzas el haberse ilusionado de esa manera. La puerta del baño se abrió y sin decir palabra alguna Moblit entró y abrazó a su esposa por la espalda tratando de consolarla, sabía que la prueba salió negativa porque la mujer no corrió hacia él gritando de alegría, tan solo permaneció en el baño llorando como todas las veces que habían intentado lograr un embarazo.
—Lo siento —dijo la morena, casi en un susurro.
—¿Por qué te disculpas?
—No puedo darte ningún hijo. Fallé cómo esposa.
Moblit deshizo el abrazo y con mucho cuidado tomó a Hange del mentón para levantarle la cara en su dirección.
—Tú eres la mejor esposa que puede existir en el mundo —afirmó para llevar un mechón de cabello suelto detrás de la oreja de su dueña—. Que no puedas embarazarte no significa que hayas fallado, esto es algo por lo que muchos matrimonios pasan.
—Pero tú y yo íbamos a formar una familia.
—Somos una familia: tú, yo, nuestros gatos.
—Sabes que no me refiero a ello. —Se alejó de Moblit para salir del baño, dirigiéndose a su habitación siendo seguida de su esposo—. Tú y yo queremos un bebé, pero mi cuerpo no es capaz de engendrar uno y tampoco quiero seguir intentándolo —dijo esto último con la voz quebradiza, tomando asiento en el borde de la cama—. Llevamos más de un año tratando de embarazarme, hemos ido a varios doctores, iniciado tratamientos y mi cuerpo simplemente se niega a cooperar. Ya estoy cansada de perseguir un sueño que está lejos de hacerse realidad.
Un silencio se hizo presente que era interrumpido en intervalos por la respiración entrecortada de Hange.
—Nos queda una opción —dijo Moblit después de varios minutos.
—Lo sé —respondió quitándose las gafas para limpiarlas—, debimos ir a una casa hogar en mi primer lugar.
—La adopción es algo viable, pero no hablaba de ello. —Se acercó a la mujer, poniéndose en cuclillas para estar a su altura al tiempo que Hange se volvía a colocar las gafas ya limpias—. Aún podemos tener un hijo propio.
La expresión de Hange cambió justo al momento en el que comprendió lo que su esposo trataba de decirle.
—Esa no es una opción.
—Claro que sí, podemos intentarlo.
—¡No! —exclamó con cierto terror—. Hablamos de esto cuando los dos decidimos tener un hijo, es muy arriesgado.
—Hange, durante todo este tiempo me he preguntado por qué tuve que nacer con esta condición y no le encontraba ningún sentido hasta ahora —dijo llevando una mano a su vientre—; nací siendo un doncel para ayudar a formar nuestra familia.
—Pero Moblit...
—Sé que embarazarme es peligroso y por eso decidiste ser tú quien cargara con esto, pero no es justo que la mamá tenga toda la responsabilidad cuando el padre también puede hacerlo.
—No quiero... tengo miedo —confesó entre lágrimas—. He escuchado tantos casos sobre hombres que no pudieron resistir su embarazo y no quisiera que tú y nuestro bebé formen parte de esa lista.
—Estaremos bien. —Le dedicó una pequeña sonrisa antes de tomar una de sus manos—. Déjame intentarlo.
—Es más fácil que adoptemos.
—Podemos hacerlo, pero tú y yo somos muy egoístas porque queremos un hijo que sea nuestro.
—Si adoptamos también será nuestro.
—Tú sabes a lo que me refiero. —Se levantó un poco para besar la frente de su esposa—. Todo estará bien.
La mujer cerró los ojos tratando de cortar la corriente de lágrimas que salía de ellos.
—Solo una vez —dijo después de soltar un largo suspiro—, no voy a permitir que pases por tantos tratamientos que te puedan hacer daño; es más complicado un embarazo masculino que el de una mujer, así que si a la primera no funciona, lo dejaremos por la paz, ¿de acuerdo?
Moblit asintió con la cabeza para abrazar a la morena quien no hizo más que aferrarse a él con fuerza. Tenía miedo de perder a la persona que amaba y Moblit lo sabía, él también tenía miedo de no poder sobrevivir a su embarazo, pero quería intentarlo porque él mismo lo dijo: era muy egoísta al querer tener un hijo de Hange.
—Sentirás como una picadura de mosquito —dijo la enfermera antes de tomar una muestra de sangre del brazo del ojimiel.
Un mes después de haber acordado intentar un último embarazo, Moblit y Hange acudieron al hospital Shingashina para realizar todos los estudios que el doctor Grisha Jaeger les había solicitado. El embarazo de un hombre era muy complicado y antes de llevarse a cabo Moblit tenía que asegurarse de que su cuerpo se encontrara en óptimas condiciones para gestar.
—Es la primera vez que vas a intentarlo, ¿cierto? —preguntó Grisha a lo que Moblit asintió—. El primer embarazo siempre es el más complicado y tratándose de un hombre lo es aún más, requerirás de muchos cuidados en caso de que esto resulte.
—De eso yo me voy a encargar —respondió Hange sujetando la mano de su esposo—. ¿Qué dicen los estudios?
—El cuerpo de Moblit es apto para cargar con un hijo, podemos empezar el tratamiento cuando ustedes quieran, solo necesito saber si cuentan con un donante o utilizarán una muestra del banco.
—¿Una muestra?
—Creí que los donceles eran compatibles entre sí —comentó la mujer.
—Algunos, pero el caso de Moblit es diferente, sus espermatozoides no son compatibles con sus óvulos, no es posible llevar a cabo un embarazo solo con él.
—¿Crees que Levi acepte ser un donante? —preguntó Moblit a su esposa.
—¿De verdad quieres tener un hijo de él? —exclamó con incredulidad para dirigirse a Grisha—. ¿En serio necesitamos el donante?
—Sí, pero no necesariamente de espermas, puede ser un donante de óvulos.
—¿Qué? —preguntaron los dos al mismo tiempo.
—Podemos aplicar el método ROPA, de hacerlo los dos pueden estar involucrados en el embarazo.
—¿Cómo funciona?
—Hange tendría que donar sus óvulos, los extraeríamos y realizaríamos la fecundación in vitro con una muestra de espermatozoides de Moblit. El cultivo de las muestras estaría en observación por una semana y el embrión con mayor probabilidad de crecer sería transferido al útero de Moblit dónde se llevará a cabo el proceso de gestación —fijó la vista en el joven—; quince días después deberás hacerte una prueba de embarazo para confirmar que el método tuvo éxito, en caso contrario tu cuerpo expulsará el embrión como si se tratase de un virus.
—¿En verdad existe ese método? —preguntó Hange sorprendida.
—No todos los hospitales llevan a cabo el método ROPA, pero en dónde sí, como en nuestro caso, es una opción que le damos a las parejas homosexuales o como ustedes que buscan tener un hijo con el material genético de ambos.
—Grisha, Hange se he sometido a varios tratamientos aquí y nunca nos hablaron de esa posibilidad.
—Quizá porque nunca dijeron que tú eras un doncel, ustedes llegaron aquí buscando que Hange pudiera embarazarse, nunca hablaron de una posibilidad contigo.
—Porque yo no quería que él se embarazara —comentó Hange antes de suspirar—. Grisha, ¿en verdad puedo donar mis óvulos? Todos los tratamientos me han fallado.
—El problema es con tu cuerpo, tu sistema se niega a concebir, pero tus óvulos están sanos. Podemos hacerte un último estudio para comprobar el estado actual de ellos, además de hacerte uno de compatibilidad con tu esposo para poder iniciar el proceso.
—¿Cuál es la tasa de éxito? —preguntó Moblit.
—De setenta a ochenta por ciento.
—¿Y los riesgos?
—Los mismos que cualquier embarazo masculino. —Se levantó de su asiento—. Les daré unos minutos para que puedan hablarlo a solas —dijo para salir del consultorio.
Al cerrarse la puerta, Hange se levantó de su asiento para caminar por la pequeña habitación, analizando detenidamente la opción que Grisha les había dado.
—No es mala idea —comentó Moblit, permaneciendo sentado de espaldas a Hange—, los riesgos son los mismos.
—Algo me dice que no es así, aunque Grisha lo niegue, estoy segura de que es más peligroso.
—Cualquier método que me involucre es peligroso para ti.
—¿Me vas a culpar por preocuparme?
—Solo digo que esta podría ser la oportunidad de tener un hijo propio, no deberías pensar tanto en los riesgos.
—El trato fue...
—Que lo intentaría una vez —interrumpió poniéndose de pie, encarando a su esposa—. Intentarlo incluye riesgos y quiero intentar este método. Hange, por una vez confía en mí.
—Siempre lo hago, pero no puedo evitar tener miedo.
Moblit se acercó a la mujer para darle un abrazo que fue correspondido.
—Será un hijo nuestro —dijo para besar la mejilla de Hange.
—Supongo que es mejor a que le pidas una muestra a Levi —comentó haciendo reír a su esposo.
—Entonces, ¿es un “sí”?
—Sí —respondió dejando salir una risa nerviosa—, tengamos un hijo, Moblit.