Hojas de otoño | Capítulo 31. Inicio.

Los meses pasaron con cada cambio de estación y en un abrir y cerrar de ojos los años también transcurrieron a su alrededor. Tres años es lo que en unas horas estaba por cumplirse desde que Pascu y Rodri decidieron darse una oportunidad en el amor, forjando una de las relaciones más hermosas que pudieron haber tenido hasta el momento y no era para menos, los dos se complementaban a la perfección y cada día que pasaba fortalecían más si relación.

Tras casi ocho meses de haber pausado Destripando la historia, los cinco miembros del equipo central empezaron a hablar sobre la posibilidad de volver a la acción al cumplir el año de descanso, por lo que empezaron a dar propuestas vía WhatsApp sobre la manera más épica de volver al canal, siendo Pascu el que terminó dando la idea ganadora para ello.

—¿Una gira? —Preguntó Ramsés con sorpresa tras haber escuchado al compositor—. Ustedes sí que se van a lo grande.

—La idea era volver de esa manera para que el público se diera cuenta de lo importante que era darnos un tiempo y Pascu le ha atinado al blanco con esa propuesta.

—Me parece una idea estupenda y estoy seguro de que al público le va a encantar —llevó su taza de té a la boca—, ¿tienen idea de a qué tantos países irán?

—Aún no, empezaremos a ver los preparativos la semana entrante cuando nos reunamos para una junta exclusiva del regreso de DLH, pero es un hecho que todos están emocionados y eso que aún no le comento nada al equipo musical.

—Les irá muy bien, estoy seguro de ello, aunque les llevará tiempo planearlo, no creo que puedan iniciar cuando se cumpla el año de ausencia.

—Lo que esperamos es por lo menos dar el aviso de la gira para esa fecha y ya después sacar la relación los conciertos, pero es algo que aún debemos hablar con claridad —tomó un poco de su café antes de continuar—. ¿Te parece si cambiamos de tema? Necesito saber si pudiste conseguir lo que te pedí.

—Por supuesto que sí, ¿con quién crees que estás hablando? —Le sonrió—, ya todo está todo listo para esta noche y Clara está en estos momentos ahí para asegurarse de que todo esté en orden. Te voy a ser sincero, no creí que fueras tan cursi.

—Cierra la boca —exclamó con un leve rubor en las mejillas—, si no fuera por él, jamás haría algo así.

—Ahora puedo decir que eso me consta en su totalidad.

—Ramsés, de verdad te agradezco por ayudarme con esto.

—En realidad yo te agradezco a ti por confiar en mí —alzó su taza de té en señal de brindis—. Que esta noche te vaya muy bien.

 

🍁

Desde una videollamada Miguel pudo ver el regalo que Pascu le daría a Rodri esa noche, quedando tan sorprendido que no se dio cuenta de en qué momento dejó su boca abierta.

—¿Crees que le guste?

—Tienes que estar bromeando, Pascu, ¡esto le va a encantar! —Permaneció unos segundos en silencio al darse cuenta de la situación—. ¿En verdad vas a dar ese paso?

—Llevo pensándolo por varios meses y estoy más que convencido de que esto es lo que quiero hacer.

—Te juro que estoy muy feliz por ti. En estos momentos detesto estar en Francia cuando bien podría estar en Madrid para apoyarte en este momento tan especial.

—Pero si lo estás haciendo, a la distancia, pero estás aquí —respondió el actor con una sonrisa.

—No sigas o me harás llorar —bromeó para fijar su vista nuevamente en el regalo que le mostró—. En verdad te deseo mucha suerte en la velada de hoy.

Sólo el destino sabe porqué tomó esa decisión.

Esa noche, Pascu y Rodri por fin cumplían tres años de relación que habían estado llenos de amor, conflictos de concubinato y mucha comprensión. Siendo ese momento tan especial para ambos, Rodri le pidió ayuda a Ramsés y a Clara para organizar una cena al aire libre bajo las estrellas, siendo el detalle especial, que le encargó a Ramsés, un retrato de Pascu dibujado a mano hecho por un contacto del cantante; Pascu, por su parte, había decidido mantener en secreto el regalo que le daría a su amado, siendo Miguel Ángel el único en saber de qué se trataba ya que Pascu acudió a él para pedirle su opinión.

Siendo las ocho treinta de la noche, Rodri le vendó los ojos a Pascu y lo ayudó a subirse a la camioneta que le habían prestado a Carbajo para dirigirse al lugar que Rodri había escogido y que su hermana y su amigo le ayudaron a ambientar; una vez llegaron, Rodri guió a su pareja hacia la mesa donde cenarían.

—¿Estás listo?

—Estoy ansioso, pero sí.

Rodri se colocó detrás de Pascu para quitarle la venda con cuidado.

—¡Feliz aniversario! —Exclamó con una sonrisa, dejando al actor sorprendido por el detalle que había organizado—, esta noche, tú y yo tendremos una cena romántica.

—Rodri —se giró hacia el mencionado para tomarlo de las manos—, en verdad te amo.

—Yo te amo más.

 

Quién diría que esa noche cambiaría todo más adelante.

—Feliz aniversario, Rodri —dijo el actor entregándole a Rodri una pequeña bolsa de regalo tras haber terminado de cenar.

El compositor abrió la bolsita para sacar de su interior una muñequita que en verdad lo sorprendió.

—¿Una mini Deméter?

—Sí, la mandé a hacer especialmente para ti.

—Gracias, ahora le hará compañía al mini conejo que me diste para mi cumpleaños —le dijo con un brillo en los ojos.

¿Huh?, ¿qué pasa aquí? Deméter regresa a mí —empezó a cantar tomando la figurita que Rodri sostenía en sus manos—. Que alguien la haga salir, no sé qué hacer sin ti.

Suelta a mi pequeña... déjala volver y se acabó.

Hades la libera, con una ligera condición: ella cada invierno volverá a mi reino.

—Oye, esa es mi línea —le reclamó al actor.

—Entonces cántala.

Ella cada invierno volverá a mi reino...

Pascu tomó a Rodri del mentón y depositó un beso en sus labios, evitando que este continuara cantando.

—Me encanta cómo dices esa frase —dijo para besar nuevamente al contrario—. ¿Listo para seguir con tu regalo?

—¿Hablas de continuar cantando Deméter?

—No —sonrió—, te escribí una canción.

—¿Que hiciste qué?

—Espera aquí —se levantó de su asiento para dirigirse a la camioneta y sacar de ahí la guitarra que había empacado sin que Rodri lo notara.

—¿De verdad lo hiciste?

—¿No me crees capaz?

—No es eso, es solo que jamás me imaginé que me escribirían una canción.

—Ya ves que sí —respondió para comenzar a tocar la guitarra y, esbozando una sonrisa, empezó a cantar—. Y llegó... el día en que todo empezó. Y llegó... tu mirada que me enamoró.

Rodri escuchaba atento la canción que Pascu había escrito, tenía un brillo enorme en los ojos y sin dudas, el que le escribiera una canción, fue el mejor regalo que en su vida pudo recibir.

Y tú voz fue lo único que escuché entre tanto silencio, en medio de la oscuridad; dame la mano y descubramos el mundo juntos. Y tu voz fue lo único que escuché... entre tanto silencio. Dejame verte como en verdad eres, quiero estar contigo hasta el día de mi muerte...

—¿Por qué paraste de tocar? —Preguntó Rodri algo confundido.

—Ya no hay más.

—¿Cómo que no? La canción no puede terminar así.

—Lo sé, en realidad no está terminada porque tú me vas a ayudar a hacerlo, o al menos esa es la intención que tengo —dejó su guitarra a un lado y tomó la figura de Deméter que él y Rodri habían dejado sobre la mesa—. Yo... quisiera que terminemos esta canción juntos y, después de pensarlo mucho, me di cuenta de que esto es lo que en verdad quiero.

—No entiendo, Pascu, ¿a qué te refieres?

—Rodri, mi pianista y el amor de mi vida, tú me haz hecho una mejor persona desde que empezamos a salir y nada me haría más feliz que seguir siendo el motivo de tus sonrisas, es por eso que quiero que destripemos nuestra historia juntos, así que te pregunto —aquella figurita de Deméter era en realidad una cajita que Pascu abrió para poder continuar—: ¿te gustaría destripar nuestra historia el resto de nuestros días?

Dentro de aquella cajita había un anillo de compromiso que Pascu le entregó a Rodri para pedirle matrimonio después de haber tenido tres años de relación. El compositor permaneció en silencio observando detenidamente el anillo, realmente estaba sorprendido pues jamás se había imaginado que Pascu le llegaría a proponer matrimonio en algún punto ya que para él, el concubinato les había sentado bien.

—Pascu...

—Solamente tienes que decir una palabra —Rodri no pudo articular palabra alguna, solamente se limitó a asentir con la cabeza sin poder salir de aquella impresión; Pascu sonrió y le colocó con cuidado el anillo para besar su frente y abrazarlo—. Mi amor, vamos a casarnos —le dijo con entusiasmo, entrelazando su mano con la del contrario.

—S-sí...

 

Fue en otoño cuando todo comenzó.

Fin.

Entradas populares