Luz de día
—¿Y si me invitas a cenar? —Susurró Hange en su oído colocando ambas manos sobre los hombros del contrario.
—Quítame las manos de encima o haré que tus gafas desaparezcan.
—De verdad que es tan complicado tratar contigo, Levi —dijo para dejar su bolso sobre el escritorio que compartía con él—. En todo este tiempo he tratado de seducirte y simplemente no caes, es detestable.
—¿Por qué sigues insistiendo con eso?
—Aún quiero matarte —respondió tomando asiento en la silla que tenía enfrente.
—Tendrás que cambiar de estrategia o yo seré quien te mate primero a ti.
—Cómo si eso llegara a pasar —dijo para tomar la taza de café que había en su escritorio, manteniendo la vista fija en el contenido—. Hay algunas burbujas, ¿pensabas drogarme?
—Quedando inconsciente se me haría más fácil acabar contigo. Te aplicaría una inyección letal y todos creerían que habrías muerto por sobredosis, te mataría sin necesidad de mancharme la manos con sangre.
—Un asesinato limpio, digno de ti —colocó nuevamente la taza sobre el escritorio—. Sin embargo, muchas veces trataron de hacerme ingerir alguna bebida adulterada, así que igual tendrás que cambiar de estrategia.
—Eso se puede solucionar con facilidad.
Ambos se pusieron de pie apuntándose el uno al otro con sus armas.
—Dejen de jugar o yo mismo acabaré con los dos —interrumpió Mike colocando sus dos armas sobre la cabeza de ambos.
—¿En qué momento llegaste aquí? —Preguntó Hange bajando su pistola.
—El gigante de la nariz nunca ha sido fácil de detectar —respondió Levi tomando asiento nuevamente.
—Controlar a dos asesinos implicaba desarrollar otras habilidades —guardó sus armas en las fundas que tenía en su cinturón—. Como sea, Erwin me mandó a buscarlos, quiere hablar con ustedes. Vayan a su oficina, yo iré por café.
—Yo quiero té negro, grandulón —comentó Levi para ponerse de pie—. Vamos, cuatro ojos.
—Yo te sigo, enano.
«Ellos dos no cambian», pensó Mike al verlos marcharse. «Erwin, solo espero que no estés cometiendo un error.»
—En los últimos seis meses hemos llevado a cabo operativos grandes con resultados gratos para nosotros y todo ha sido gracias a sus habilidades de infiltración y su gran dedicación.
—Ese discurso se resume a que nos vas a aumentar el sueldo, ¿cierto? —Interrumpió Levi recargando la espalda sobre su asiento—. Mínimo espero un aumento del quince por ciento.
—Sus salarios fueron fijados en el acuerdo —respondió Erwin tomando asiento en la silla detrás del escritorio—, los dos están conscientes de ello.
—Sí pero yo no recuerdo haber pactado infiltrarme como ramera en cada misión, merezco una recompensa por ello.
—Ya escuchaste a la cuatro ojos, queremos un aumento.
—No voy a aumentarles un quince por ciento, es demasiado.
—No seas miserable, cejotas.
—Erwin —se inclinó hacia el escritorio para tomar una de las manos del mencionado—, no te cuesta nada darnos ese aumento.
—Lo lamento, Hange —dijo para besar su mano—, pero esos trucos no van a funcionar.
—Qué miserable —exclamó reincorporándose en su asiento—. Eres igual de complicado que este enano y el gigante de Mike.
—Al menos esta vez no me insultaste de forma tan grotesca, es un progreso —comentó Mike entrando a la oficina con una bandeja llena de tazas que dejó sobre el escritorio—. ¿Ahora qué están peleando?
—Quieren un aumento.
—¿Después de todo este tiempo?
—Cuando se fijó el sueldo en el acuerdo no habíamos previsto la complejidad de las misiones —respondió Levi para darle un trago a su taza de té—. Además, no teníamos planeado permanecer aquí.
—Eso lo recuerdo con claridad. Los primeros tres meses hicieron todo lo posible por asesinarnos, por eso opté por pedirle a Mike que se hiciera cargo de ustedes.
—Vendarnos los ojos y atarnos a unas sillas como en aquél interrogatorio no fue la mejor forma de hacerse cargo —comentó Hange.
—Estaba frente a dos asesinos profesionales, tenía que ser precavido.
—¿Y esa es excusa para que en los entrenamientos me hayas aventado al fango? —Hange comenzó a reírse tras su comentario—. ¿Qué es tan gracioso?
—Es que había olvidado por completo cómo lucías cubierto de lodo y recordé que la primera vez te pusiste a gritar como loco "tráiganme agua y quítenme esta mierda de encima" —respondió para soltar una carcajada—. Ese día Mike firmó su sentencia de muerte —dijo quitándose las gafas para secar el par de lágrimas que había derramado.
—Y aún sigo en espera de mi asesinato.
—Te mataré en el momento que menos te imagines pero, dejando eso de lado, en todo este tiempo sólo a este idiota —señaló a Erwin— se le ha ocurrido reclutar a dos asesinos.
—Estaban desperdiciando completamente su potencial y en definitiva los necesitábamos —colocó su taza en el escritorio—. No me arrepiento de haber llevado a cabo ese operativo para capturarlos, en ocho años ustedes dos fueron reformados pese a las negativas que tuvieron al principio y miren, se convirtieron en los mejores agentes que hemos podido tener hasta ahora.
—En ocho años le devolviste la vida a dos criminales poniendo en juego tu propia reputación y tu trabajo.
—Y sin dudas valió la pena, Hange. He visto lo mucho que han crecido en este tiempo y es por eso que le pedí a Mike que los trajera porque estoy más que convencido de que en estos momentos ustedes dos son los más aptos para hacer esto.
—¿Qué cosa? —Preguntó Levi.
—Una misión de infiltración completamente distinta a lo que han hecho hasta ahora —respondió Mike recarcándose sobre la pared con los brazos cruzados—. Han visto las noticias últimamente, ¿cierto? Saben cuáles son los crímenes que están bajo la luz pública, sin embargo, hay ciertos delitos que se esconden en las sombras.
—Hay uno en específico en el que nos hemos estado enfocando en los últimos meses pues está ligado a los crímenes que se encuentran a la luz. —Se levantó de su asiento para comenzar a caminar en la oficina—. El tráfico de armas, aunque no lo parezca, cada vez va más en aumento, ya son varios reportes que hemos recibido sobre movimientos que involucran este tipo de intercambio.
—Los últimos crímenes de mayor relevancia que se han llevado a cabo han involucrado armas de fuego y de distintos tipos.
—Podría ser una simple coincidencia, Mike —comentó Hange—, y hay crímenes relevantes que se llevaron a cabo con armas blancas y otro tipo de herramientas, no veo una conexión directa aquí.
—A simple vista no, pero todos los análisis que se llevaron a cabo a las armas de fuego arrojaron el mismo resultado: cada una de estas armas tenía grabada la misma marca.
—¿La marca del fabricante? —Preguntó Levi antes de beber el resto de té que quedaba en su taza para después colocarla sobre la bandeja.
—No precisamente. La marca encontrada es demasiado específica y todo indica que corresponde al distribuidor.
—Si el proveedor es el mismo, esa marca puede ayudarnos a dar con su paradero —comentó Hange—, solo es cuestión de descifrar el significado de esa marca para poder encontrar al responsable o responsables de esta red.
—Esa es la cuestión —intervino Erwin—. La marca se encuentra registrada en expedientes antiguos, hace mucho que no se volvía a ver esa marca y es tan específica que le corresponde a un solo sujeto —dejó su andar y volteó a ver a todos con seriedad—: "El Destripador."
La oficina permaneció en silencio por un par de minutos, solo se podía escuchar el ruido que el ventilador de techo emitía al rozar con el aire haciéndolo girar para refrescar el lugar.
—La leyenda que acabó con la vida de cientos de policías rebanándoles la garganta —mencionó Hange sin poder ocultar la sorpresa en su voz—. ¿Kenny "El Destripador" está de vuelta?
—Un momento, creí que ese sujeto llevaba muerto todos estos años —comentó Levi cruzándose de brazos—. Después de su último asesinato en Stohes no se supo más de él; algunos decían que fue atrapado y quisieron mantenerlo en secreto, otros que huyó lejos para no ser encontrado y otros más decían que había muerto lo cual fue más creíble al no haber señas de otro asesinato.
—¿Les consta que en verdad se trata de él?
—La firma que Kenny dejaba en todas sus escenas del crimen era una "K" en manuscrita con un pequeño sombrero que él mismo dibujaba con un cuchillo sobre la piel de sus víctimas —respondió Mike—, sería demasiada coincidencia que alguien decidiera replicar su firma en todas esas armas.
—Entonces para ustedes es casi un hecho que Kenny es el responsable —frunció el entrecejo—. Quieren atrapar al mayor asesino de los últimos tiempos, ahora sí se le safó un tornillo a a los dos.
—Además, nada nos asegura que en verdad él sea el proveedor —dijo acomodándose las gafas—, es cierto, está la marca pero, ¿y si es solo un aficionado?
—Igual consideramos esa posibilidad —respondió Mike—, sin embargo, uno de los criminales que fue atrapado terminó confesando todo en el interrogatorio y confirmó que Kenny es el responsable de estar distribuyendo las armas y no solo eso, parece que su red de tráfico es demasiado grande.
—¿Y qué tenemos que ver nosotros dos en esto? —Preguntó Levi.
—Ese criminal dijo la manera en la cual Kenny se puso en contacto, no solo con él sino con varios criminales, para realizar el intercambio. Tal parece que actúa de la misma forma así que, sabiendo esto, he ideado un plan para dar con él y para ello voy a necesitarlos a ambos.
—Un momento —interrumpió Hange—, Mike dijo que habría una misión de infiltración diferente a lo que hemos hecho. Erwin, ¿qué es exactamente lo que pretendes?
—Necesitamos dar con Kenny y la única manera de hacerlo es que él sea quien se ponga en contacto con nosotros —se colocó detrás de su escritorio, colocando las manos sobre este para mirar a los dos con seriedad—. Quiero que se infiltren como asesinos en serie.
—¡¿Qué?! —Exclamaron Hange y Levi al mismo tiempo.
—No puedes hablar enserio, cejotas. Lo que estás diciendo implica que...
—"Killer Nain" y "Moonlight Queen" deberán regresar a las calles —completó Erwin.
Tras sus palabras, Hange se puso de pie y sin decir algo salió de la oficina. Un par de minutos después fue Levi quien se levantó de su asiento para igualmente salir en silencio.
—Esperaba una reacción más explosiva —comentó Mike acercándose al escritorio—. ¿Estás seguro de que fue una buena idea?
—No hay nadie mejor que ellos dos para hacer esto —respondió tomando asiento—. Dejemos que tengan un tiempo a solas para que puedan tomar su decisión.
—Mierda —susurró dejando salir por la boca el humo de su cigarro.
—Algo me decía que estarías aquí —mencionó Levi colocándose a su lado—. La azotea es un buen lugar para pensar, ¿cierto?
—Es mejor que estar allá adentro —respondió extendiéndole su cajetilla de cigarros y su encendedor—. ¿Crees que Erwin perdió la cabeza?
—Lo hizo en el momento que decidió reclutar a dos asesinos —encendió su cigarrillo—. Esta vez perdió los estribos y el idiota de Mike no le dijo nada.
—Parece que sí lo hizo, no lo vi muy convencido con el plan de Erwin.
—Y aún así lo apoya —dejó salir el humo por su boca observando atento a las volutas que momentáneamente se formaban—. Es una tontería que después de ocho años nos pida volver al pasado.
—Desde que nos atrapó esos apodos desaparecieron, no pensé que tendría que escucharlos de nuevo.
—Nombres que la prensa se inventó, siempre detesté que lo hicieran.
—¿Tienes problemas con el tuyo?
—"Killer Nain" es bueno, pero esperaba algo más auténtico como "Cold Death" o "The Spectre."
—O "El Enano Veloz" —dijo con una sonrisa—. Pero "El Enano Asesino" es muy original.
—Supongo. ¿Qué hay de ti? ¿Tienes alguna queja de tu pseudónimo?
—Creo que "Moonlight Queen" es demasiado poético para mí. En realidad no esperaba que me dieran un nombre y tampoco tenía pensado uno.
—"Lentes asesinos" te hubiera quedado mejor.
—Hubiese estado más original —llevó su cigarrillo a la boca—. Es una misión muy arriesgada.
—¿Temes por el acuerdo?
—¿Acaso tú no?
—Nuestras vidas dependen de ello, hacer esto es demasiado arriesgado.
—Ninguno de los dos quiere volver al pasado.
Permanecieron en silencio, mirando hacia el cielo despejado. Una pequeña brisa sopló sobre ellos haciendo ondear un poco el cabello de ambos y elevando el humo que expulsaban de sus cigarros.
—¿Crees que tengamos alguna recaída si lo hacemos?
—No estarás pensando en aceptar, ¿o sí? —Preguntó Hange sorprendida.
—Erwin nos está confiando esta misión a sabiendas del riesgo, no creo que haya tomado una decisión a la ligera.
—Yo tampoco lo creo, pero me preocupa. Erwin hace apuestas demasiado grandes, nosotros somos la prueba de ello, tratamos de matarlo por dos años sin importar que ya tuviéramos a Mike encima.
—Pero su apuesta le salió bien después de todo.
—Levi, quiero confiar en él pero temo por lo que pueda pasar.
—Apeguémonos al acuerdo, tratemos de hacer todo lo posible por no romperlo.
—Sabes que será muy complicado hacerlo, ¿verdad? Somos dos ex-asesinos que están siendo expuestos. —Dejó salir la última bocanada de humo y cuando vio desaparecer las volutas que se habían formado, apagó la colilla que quedaba de su cigarrillo—. Voy a arrepentirme de hacer esto.
—Yo también —apagó la colilla de su cigarrillo y suspiró—. Vayamos a firmar nuestra sentencia de muerte.