Jueves

And finally, this is where it is said that the two lovers swore to love each other forever regardless of whether their peoples were at war. Well, this way we ended our tour by thanking you for your attention.*

¡Qué día! Hoy el lugar está repleto de turistas, no he parado desde la mañana, hasta me duele la garganta de tanto hablar. Lo bueno que ya son las 06:00pm, lo que significa que mi turno a terminado y podré irme a descansar.

—Disculpe señorita, ¿me podría decir a qué hora termina su turno?

I'm sorry, only speak English.

—Muy graciosa, Hell —me contesta Javi riendo.

—Lo siento, pero tenía que hacerlo.

—Te aprovechas de que no me gusta hablar inglés.

—Debería gustarte, hasta en medicina tienes que usarlo, es un idioma universal.

—Lo sé, pero si lo aprendí es por necesidad, no porque me gustara.

—Entonces, ¿por qué rayos estuviste en el tour? Sólo habían extranjeros y todos hablaron en inglés, incluyéndome —le pregunto mientras me amarro las agujetas de mis tenis.

—Porque quería estar contigo y escuchar tu hermosa voz, aunque haya sido en otro idioma.

—Haber si entendí, tomaste un recorrido en inglés, el idioma que más detestas ¿sólo para estar conmigo?

—Sí.

—¿Por qué? —Le pregunto poniéndome de pie.

—Quería verte —me responde sonriendo al mismo tiempo que siento que me sonrojo—. La vista en muy hermosa —me dice mientras toma fotos con su cámara.

—Sí, lo es. Este lugar es muy hermoso y especial —le respondo.

—¿Por qué lo dices?

—¿Acaso no prestaste atención a la explicación que di? —Le pregunto molesta.

—Estaba en inglés, preferí tomar fotos.

—No puedo creerlo, Javi.

—Tranquila, de seguro los amantes que se juraron amor eterno en este lugar me perdonarán.

—¡¿Qué?! —Le pregunto sorprendida.

—¿Creíste que no te prestaría atención?

—Pero, dijiste...

—Sé lo que dije, pero por ti pude hacer una excepción —me dice sonriendo.

—Eres de lo peor.

—Tal vez —me dice sosteniéndome de la cintura y acercándome a él—, pero por ti, podría cambiar.

—Tranquilo, Romeo —le digo separándome de su agarre—. Además, por alguna razón no puedo creerte.

—Entonces debo demostrártelo —me dice acercándose más a mi tratando de besarme.

—¡Oigan tórtolos! —Ambos damos un pequeño brinco al reconocer la voz.

—No puede ser —me dice Javi.

—¿Qué hace él aquí?

Me alejo de Javi tratando de fingir que no pasó nada entre nosotros, volteo a ver y Mario se acerca hacia donde estamos con una sonrisa en el rostro.

—Lamento mucho haberlos interrumpido —nos dice burlescamente.

—En realidad no interrumpiste nada —contesta Javi.

—¿Qué estás haciendo aquí, Mario?

—Vine a evitar que te despidan, ¿qué pensarían tus jefes si te ven coqueteando con un turista?

—En realidad, preferiría que me despidieran por haber golpeado a un turista.

—Javier ayúdame, me está amenazando.

—Lo siento, viejo, pero tampoco quiero que me golpee.

—Traidor.

—¿Qué estás haciendo aquí? —Le pregunto nuevamente.

—Me hablaron de mi trabajo. ¿Te enteraste que Bigotes tuvo a su cachorro?

—¿Bigotes? —Pregunta Javi.

—Sí, es un jaguar hembra que habita en la zona, la tienen muy protegida —le respondo.

—Así es —dice Mario—, estaba embarazada y hoy tuvo a su cachorro, un hermoso machito.

—¿Por eso estás aquí? —Le pregunto.

—Sí. Hablaron a varios veterinarios, entre ellos a mí, para que revisemos al cachorro y a Bigotes. Afortunadamente todo salió bien, el cachorro está sano y Bigotes no tuvo ninguna complicación, sólo se les estará monitoreando en todo momento en los próximos 4 meses —nos dice emocionado.

—Eso es asombroso, Mario, debió ser algo increíble —le dice Javi.

—La verdad es que sí. Nunca había visto el nacimiento de un jaguar y haber estado ahí fue una de las mejores experiencias que pude tener.

—Ahora tenemos a un jaguar más en el hábitat, poco a poco se está preservando a la especie —les digo.

—Así es —me dice Mario—, poco a poco, pero lo estamos logrando.

—Entonces estarás aquí por un largo tiempo —le dice Javi.

—En realidad no —le contesta—. Sólo estaré un mes, somos cinco veterinarios así que nos estaremos rotando. El último mes estarán dos veterinarios ya que el cachorro estará más grande e inquieto y será un poco difícil controlarlo. —Voltea a verme—. Eso quiere decir...

—Que para mi desgracia, te estaré viendo todo este mes —le contesto.

—Así es, "mejor amiga" —me dice mientras me abraza.

—Llévame, por lo que más quieras, llévame — digo mirando al cielo.

—Lo siento, cariño, pero él aún no te llevará —me dice dándome un beso en la cabeza.

—Vamos, no será tan malo, Hell.

— Sí, claro. — Le respondo a Javi separándome del abrazo de Mario—. Eso lo dices porque tú sí lo soportas.

—Es que Javier me ama.

—Supongamos —contesta Javi.

—Oigan, ¿no quieren comer algo? —les pregunto.

—¿Vas a invitar? —Me pregunta Mario con un brillo en los ojos.

—No, cariño, cada quien va a pagar lo que consuma —le respondo con una sonrisa falsa.

—Vamos a comer, chicos, yo igual tengo hambre —nos dice Javi.

Los tres nos dirigimos al restaurante turístico, no para comer ahí ya que es algo caro, sino para ir a buscar a Emily, dio la casualidad de que le tocó trabajar ahí.

—No puedo creer que los cuatro estemos aquí —dice Emi emocionada.

—Al parecer el destino nos quiere juntos —le contesta Mario tomándola de la mano.

—Alto ahí, galán —le dice Javi—, no lo hagas en público.

—Quién como tú, Javi, los tres estamos aquí trabajando mientras tú viniste a vacacionar.

—Me lo merezco, Hell, casi no tengo vacaciones o días libres al menos. Ustedes en cambio saben lo que es pasar un fin de semana en casa.

—Siempre y cuando a nuestros jefes no se les ocurra hacernos trabajar más tiempo —le contesta Emi.

—¿Cuánto tiempo estarás aquí? —le pregunto a Javi.

—Tres días, bueno eso espero.

—¿Por qué lo dices? —Pregunta Mario.

—Porque si llega a ocurrir alguna emergencia me van a llamar para que regrese. Es lo único malo de ser médico —nos dice mientras toma un poco de agua.

—Pues sí pero, cuando el deber llama...

Hay que ir tras él —contestó Javi completando la frase de Emily.

—Oigan, chicos, no entiendo algo, ¿por qué no comimos en el restaurante si Emily estaba ahí? —Pregunta Mario.

—Porque el restaurante es caro y se iría ahí todo nuestro sueldo —le respondo.

—Además sólo hay comidas "gourmet" para gente rica y fina —le dice Emi.

—Y porque aquí cerca venden tacos y obviamente son más baratos y más deliciosos —añade Javi.

—Sí, tienen razón, están mucho mejor los tacos —dice Mario.

—Sin duda alguna.

Los cuatro terminamos comiendo tacos en un puesto que se encuentra afuera de la zona turística donde trabajamos. Pasamos ahí un largo rato platicando anécdotas pasadas y recordando nuestros tiempos en la preparatoria. Mario es veterinario y es el novio de Emily, lo conocimos cuando estábamos en tercer año de preparatoria, pero no fue hasta que estábamos en sexto semestre cuando nos empezamos a llevar con él; desde entonces nos hicimos muy buenos amigos. Él y Emily comenzaron a salir dos años después, ya llevan siete años juntos, ¿cómo le habrán hecho para durar tanto?

—Chicos tengo una idea —nos dice Mario emocionado—, como nuestro querido doctor va a estar aquí por tres días, ¿por qué no vamos a la playa? Hace mucho que no vamos de vacaciones.

—No es mala idea, pero Emily y yo trabajamos hasta tarde —le contesto.

—Es verdad, estaremos ahí todo el día —dice Emi.

—¿De verdad? ¿No hay forma de que salgan temprano? —Pregunta Mario.

—No lo creo, nos dijeron que tienen programado la visita de muchos turistas y que por lo tanto debemos trabajar todo el día —le respondo.

—Está bien, chicos, no se preocupen —nos dice Javi atrayendo nuestra atención—. Podemos ir otro día.

—El problema es que tú casi no tienes días libres —le dice Mario.

—Ya veremos la forma, ¿de acuerdo? Sólo hay que planearlo bien.

—¡Lo tengo! —Dice Emi chasqueando los dedos—. ¿Por qué no vamos para tu cumpleaños, Hell?

—¿Qué? —Pregunto sorprendida.

—No es mala idea —dice Javi—. Podemos celebrar tu cumpleaños en la playa.

—De acuerdo, creo que es una mala idea.

—¿Por qué? —Pregunta Emi.

—Le prometí a mi familia que pasaría mi cumpleaños con ellos, no puedo romper esa promesa, además mi cumpleaños cae en jueves así que no es un buen día para ir —les digo.

—No hay problema —dice Mario—, pasa tu cumpleaños con ellos y vamos a la playa el día siguiente que es viernes. ¡Todos felices! Pasaríamos el fin de semana ahí.

—No es mala idea. Vamos, Hell, será divertido —me dice Emi.

—Además, hace mucho que no salimos los cuatro —me dice Javi.

—Está bien, vamos. Pero me tienes que prometer que irás —le digo a Javi.

—Te lo prometo Helena —me responde con una sonrisa.

—Bueno, chicos, separen fecha, no hay excusas —nos dice Mario.

—No te preocupes, mañana mismo pedimos permiso —contesta Emi.

Pedimos la cuenta de todo lo que comimos y entre todos juntamos dinero para pagarlo. Empezamos a caminar dirigiéndonos al paradero de camiones para ir al hotel donde nos estamos hospedando ya que nos encontramos en otra ciudad muy lejos de casa. Emily y yo dormimos en la misma habitación que nuestros jefes nos pagaron mientras estemos trabajando y Javi y Mario se hospedaron en el mismo hotel pero en distintas habitaciones cada uno, así que estaremos juntos durante todo el trayecto.

—¡Genial! Me están sobrando $10 pesos —dice Mario contento.

—Te estaban sobrando, mejor dicho —le dice Emily quitándole el dinero.

—Devuélvemelo, es mío.

—Lo siento corazón, pero Helena y yo estamos juntando fondos para "la cueva" —contesta Emi guardando la moneda en su bolso.

—Es verdad, ustedes se mudan en dos semanas —nos dice Javi.

—Sí y estamos juntando todo el dinero posible para los primeros gastos —le contesto.

—Javi prometiste ayudarnos con la mudanza, ¿te acuerdas? —Le pregunta Emi.

—Sí me acuerdo, pero sólo ayudaré a Helena, tú ve cómo le haces.

—Eres un desgraciado Javier, prometiste ayudar a las dos —le dice Emi dándole un pequeño golpe en el hombro.

—Sí pero, no quiero ayudarte. Me caes mal —le contesta Javi alzando una ceja.

—Javier eres un...

—¡Ya basta! —Les digo poniéndome en medio de los dos—. No puede ser posible, estamos en la calle, en otra ciudad y se ponen a discutir, ¿es en serio?

—Helena tiene razón, no deberían estar peleando en todas partes  —dice Mario sujetando del brazo a Emi.

—Entonces dile a tu novia que se controle.

—¡Javier! —Exclamo molesta.

—¿Qué?

—¿Sabes? No voy a discutir contigo, le prometí a Hell que ya no lo haría y trataré de cumplir esa promesa. Es tu decisión si quieres seguir con tu inmadurez —dice Emi al mismo tiempo que Mario deshace su agarre.

—Ahora me siento como un idiota.

—¡Pues deberías, Javier! —Le contesto molesta.

—Si quieren, los podemos dejar solos para que arreglen sus diferencias.

—Mario, no empieces —le digo en tono amenazante.

—T-Tranquila, Hell, sólo bromeaba —me dice nervioso.

—Ahí viene el camión, vamos —nos avisa Emi.

Subimos al camión para que nos lleve al hotel, Mario y Emily se sientan juntos por lo que Javi y yo también nos sentamos juntos pero detrás de ellos. Es un poco incómodo ya que ellos dos se la pasan abrazados y besándose todo el tiempo, sin embargo Javi y yo ya hemos hablado con ellos y de lo incómodo que nos sentimos cuando lo hacen, así que ellos tratan de hacer todo lo posible por no mostrar tantas muestras de afecto en nuestra presencia.

—¿Sigues molesta?

—Tal vez. —Le respondo fijando mi vista en la ventana.

—Oye...¿quieres escuchar algo de música, Hell? —Me pregunta extendiéndome uno de sus audífonos.

—Sí, por qué no —le respondo mientras me pongo el audífono en la oreja.

—¿Qué quieres escuchar?

—Lo que sea está bien, Javi.

—En ese caso —dijo fijando su vista en su teléfono—, pondré un poco de cumbia.

Nos comenzamos a reír y nos la pasamos así durante todo el trayecto hasta llegar al hotel, escuchando música y platicando. Son las 09:05pm, es tarde y lo único que quiero es darme un baño e irme a dormir, fue un día muy largo y cansado, pero debo admitir que estar con los chicos fue lo mejor de todo el día. Ya extrañaba pasar momentos así con ellos.

Entradas populares