Jueves

Después de eso, nunca más volvió a abrir los ojos. Las últimas palabras que pronunció fue un "te quiero" mientras una lágrima recorría por su mejilla...

—Es lo más triste que he escuchado —dice Emi.

—Bueno, la historia la escribió Hell, ¿qué esperabas? —Responde Javi sonriendo.

—Me gustaría saber de dónde sacaste la inspiración para escribirla —me dice Emi abrazando sus rodillas.

—La verdad —le digo mientras cierro mi libreta—, es que yo tampoco lo sé.

Javi y Emi vinieron a mi casa como cada viernes para ver una película y platicar sobre nuestra semana. Ya tiene un tiempo que ando escribiendo pequeñas historias ficticias y a los dos les gusta que se las lea, aunque tampoco es para tanto, me refiero a que no soy tan buena escribiendo.

—Me gustaría escribir como tú lo haces —me dice Emi suspirando.

—Tal vez si leyeras un poco y te volvieras más culta, podrías hacerlo —le responde Javi sarcásticamente.

—Lo siento, olvidé que estaba junto al señor perfeccionista que es tan culto y tan sabio...

—Sabes qué, Emily...

—Oigan ya basta —les digo mientras me levanto del sofá—. Ustedes dos se la pasan discutiendo en cada oportunidad que tienen, me gustaría que al menos un solo día lleven la fiesta en paz.

—Javier empezó.

—Ahora resulta —respondió Javi—. Yo sólo te contesté en broma y lo tomaste muy en serio.

—O se calman los dos o se van de mi casa —les digo señalando la puerta.

—Está bien, Hell, nos vamos a calmar. Pero no te pongas tan agresiva —me dice Emi.

—Además, discutiendo con ella es la forma en la que le demuestro mi cariño —me dice Javi abrazando a Emily.

—Suéltame, Javi.

—Déjate querer, Emi.

—Y todavía me sigo preguntando por qué rayos me llevo con ustedes.

—¡Porque somos tus únicos amigos! —Me contestan los dos al mismo tiempo.

Los tres nos comenzamos a reír. A pesar de que ambos me sacan de mis casillas, los quiero mucho y me gusta pasar tiempo con ellos.

—¿A qué hora volverán tus padres? —Me pregunta Emi.

—Como a las 09:00pm —le respondo—, todo depende de cuánto tarde mi hermanito en ensayar.

—Todavía no entiendo cómo es que a tu hermanito le encanta cantar y a ti no —me dice Javi.

—Digamos que él tiene una bonita voz, a diferencia de mí que tengo voz de urraca.

—Nada que ver, Hell, cantas bien, pero prefieres estar tocando el piano a tener que explotar ese talento —me dice Emi sirviendo frituras en un plato.

—Eso sí, pero dejemos que mi hermanito de 12 años sea el cantante de la familia.

—Agradece que en tu trabajo no te piden cantar alguna canción típica de la región.

—Es cierto —dice Emi—, ¿cómo es que no te han dicho que lo hagas?

—Le dije a mis jefes que no sé cantar y si querían que lo hiciera lo más probable es que terminara espantando a los turistas —le respondo tomando una de las frituras del plato—.

—No sé qué me sorprende más, que hayas inventado eso o que tus jefes te hayan creído —me dice Javi.

—A decir verdad, tampoco sé cómo me creyeron —le respondo mientras les sirvo refresco en sus vasos.

Son las 06:30pm, tenemos tiempo suficiente para ver una película y arreglar todo antes de que mis padres regresen, a ellos no les molesta que Javi y Emi estén en casa, siempre y cuando recojamos todo nuestro tiradero.

—Bueno chicas, ¿cuándo se piensan mudar? —Nos pregunta Javi mientras come una fritura.

—Dentro de unos meses —le responde Emi emocionada—. Hell y yo ya vimos una casa que están rentando a un muy buen precio. Dentro de poco seremos oficialmente roommates.

—¿En qué fecha tienen pensado hacerlo?

—Abril, para semana santa —le respondo.

—¡Faltan dos meses! ¿Nerviosas?

—Un poco, pero estaremos bien —contesta Emi con una sonrisa.

—Lo que ahora nos preocupa es cómo llevaremos todas nuestras cosas.

—Si quieren les puedo ayudar.

—No te preocupes, Javi, estábamos pensando en contratar un servicio de mudanzas —responde Emi.

—Y no es una mala idea, pero las ayudaré de todos modos.

—No es necesario que lo hagas.

—Pero quiero hacerlo, Hell. Además, recuerden que en una semana por fin saldrá mi carro del taller, así que será más fácil acarrear sus cosas.

—"Por fin saldrá mi carro", hace tiempo que hubiera salido si tú no te hubieras empeñado a jugar al "yo lo sé todo" —le dice Emily burlescamente.

—Ya sé, no tienes que repetirlo Emi, aprendí la lección.

—Te agradecemos la ayuda, Javi. Al perecer el hecho de que seas doctor te está ablandando el corazón —le digo alzando una ceja.

—Muy graciosa, Hell —me dice tirándome un cojín del sofá.

—Paciente con una hemorragia en las extremidades superiores, heridas severas en las venas cefálicas y medianas.

—Respiración entrecortada, suministrando oxigenación.

—Presionando las heridas para evitar que la hemorragia siga.

—Doctor, está recobrando el conocimiento.

—Sigan suministrándole oxígeno. ¿Helena? Helena soy Javier, escúchame tienes que seguir despierta, quédate conmigo ¿de acuerdo?

—Doctor, la sala ya está lista.

—De acuerdo. Helena escucha, lo estás haciendo muy bien, te voy a salvar pero por favor, quédate conmigo.

Todo me da vueltas, me cuesta respirar, tan sólo veo algunas sombras y escucho a muchas personas hablando. Escucho la voz de Javi pero me cuesta reconocerlo, me siento muy mal, poco a poco dejo de escuchar las voces.

—Doctor, la paciente está perdiendo el conocimiento.

—¡¿Qué?! Helena por favor, sigue luchando. Enfermera empiece la reanimación.

—Enseguida.

—Preparen todo, comenzaremos la operación de inmediato. Tengan lista la sangre para la transfusión.

—Sí, doctor.

—Vamos Helena, no me hagas esto.

—Doctor, está perdiendo el pulso cardíaco.

—¡No, por favor! Suminístrenle más oxígeno y prosigan con la reanimación.

—Suministrando oxigenación.

—Empezando reanimación.

—Prepárense para la intervención quirúrgica, hay que salvarla ¿me escucharon?

—¡Sí, doctor!

—Vamos, Helena, reacciona... no puedo perderte...

Entradas populares