Sonny
Azul, rosa, amarillo y lila fueron los colores que adornaron el jardín de Erwin utilizando globos y serpentinas. Un mes es lo que separaba a Sonny de los brazos de sus padres y ante la espera de su ansiada llegada los amigos de la pareja los ayudaron a organizar su fiesta de bienvenida tradicional en la casa de Erwin debido a que su jardín era lo suficientemente grande para que todos pudieran estar ahí, justo como en aquellas fiestas que organizaban cuando iban juntos a la universidad.
Petra, Nifa y Abel fueron las personas encargadas de hacer todas las decoraciones con los cuatro colores elegidos; Mike, Nanaba, Keiji y Moblit fueron los que se encargaron de la comida y el pastel mientras que Erwin, Levi y Hange se ocupaban de la iluminación y de colocar algunas lonas amarradas en algunos postes a modo de techo para proteger a todos de alguna lluvia inesperada. De ser por Moblit y Hange esa fiesta lo hubieran ofrecido solo para ellos diez, pero por insistencia de Levi terminaron por invitar a más personas que formaban parte de su círculo habitual y que al igual que ellos esperaban la llegada del bebé.
—¿Ya nos dirás qué juegos harán? —preguntó Keiji a Moblit mientras rompía algunos huevos en un tazón—. Al menos quisiera estar precavido para lo que vendrá en la noche.
—Lo siento, pero parte del encanto es que los juegos sean sorpresa —contestó el futuro padre, vertiendo un poco de leche en la licuadora—. Hange y yo organizamos los juegos de manera que todos nos podamos divertir, así que procuren no convertir esto en un campo de batalla.
—No prometemos nada —respondieron Nanaba y Mike quienes verifican la cocción del contenido de las ollas que tenían en la estufa.
—Ya qué, no tengo más remedio que esperar a la fiesta —comentó Keiji para luego fijar la vista en Moblit—. ¿Te encuentras bien?
—Sí —respondió llevando una mano a su barriga—, solo fue una patada.
Pasadas unas horas todos, a excepción de Erwin y Levi, se fueron a sus casa para tomar un baño y arreglarse para el baby shower de Sonny. Siendo las cinco de la tarde los futuros padres ya se encontraban listos para recibir a sus invitados y, por sugerencia de Nifa, ambos vistieron con trajes en color lila con un prendedor en color amarillo pastel en forma de lazo. Las filas de luces de bombillas blancas que habían colgado fueron encendidas dando al jardín un ambiente de calidez en vísperas del atardecer que pintaba el cielo con tonos rosa, naranja y amarillo que quedaba perfecto con la ocasión.
Poco a poco el lugar se fue llenando de personas que al momento de poner un pie en el jardín no hicieron más que abrazar a la pareja y desearles lo mejor en su nueva etapa como padres. Parte de esos invitados eran antiguos compañeros de escuela con los que aún mantenían contacto, así como los que en su momento fueron los mentores de ambos en los trabajos que tuvieron antes de ser profesores en la escuela: Hange en la NASA y Moblit en el Instituto de Meteorología Nacional.
—¿Director Shadis? —saludó Moblit al que fue su primer jefe en la preparatoria.
—Ex director, hace más de tres años que decidí jubilarme y otorgarle el puesto a Erwin.
—Lo sé, pero aún le guardo respeto.
—Creí que había dicho que no podría venir —comentó Hange.
—Así fue, pero cierta persona insistió hasta el cansancio en que viniera y no tuve más opción que reagendar mis compromisos.
—Lamento mucho la molestia, pero le agradecemos mucho su asistencia. Lo llevaré a una de las mesas.
Hange permaneció en su sitio siguiendo con la mirada a su esposo.
—¿Por qué siento que esa persona insistente fuiste tú, Marlene?
—Qué reflejos y eso que me acerqué a ti procurando no hacer ruido —comentó la mujer para saludar a Hange con un abrazo.
—¿Tú hiciste que Shadis viniera?
—¿Por qué piensas que fui yo?
—Eres la única persona capaz de insistirle en ir a algún sitio sabiendo que yo estaré ahí —respondió haciendo que la castaña dejara salir una carcajada—. Eres detestable.
—Deberías agradecerme. —Abrazó a Hange de medio lado para girarse con ella hacia donde se encontraban Shadis y Moblit—. De no ser por mí tu querido Keith Shadis no estaría aquí. Toma esto como la oportunidad de ver de nuevo a tu crush.
—¡Marlene!
—Solo digo la verdad, tienes unos gustos muy raros, me sorprende que te hayas casado con Moblit.
—No tengo ningún crush con Shadis.
—Eso es mentira —comentó Levi acercándose a las dos mujeres—, todos sabemos que ese señor se robó tu corazón, hasta Moblit lo sabe.
—Solamente le tengo respeto.
—Si así quieres llamarle, es tu problema —mencionó la mujer para girarse hacia Levi—. Querido amigo, ¿por qué no me llevas a tomar asiento en un buen lugar?
—Que lo haga la cuatro ojos, yo soy un invitado más. —Se dio la media vuelta y, antes de que pudiera dar un paso, sus ojos y su cuerpo mismo permanecieron inmóviles—. Mierda.
—¿Pasa algo? —preguntó Hange y tanto ella como Marlene pudieron ver la escena que Levi presenciaba.
A la fiesta habían llegado Nile y su esposa, antiguos compañeros de clase de Hange, quienes fueron recibidos por Erwin ocasionando que algo en el interior de Levi se removiera por la sencilla razón de que Marie, la esposa de Nile, fue el primer amor del dueño del lugar.
—Ayudaré a Mike con las bebidas —anunció el más bajo después de haber visto a Erwin esbozar una sonrisa de oreja a oreja al saludar a Marie.
—¿Acaso acabo de ver a Levi celoso? —preguntó Marlene sin poder salir de su asombro.
—Esto es algo que guardaré en mi memoria por la eternidad.
Tras unos minutos la pareja decidió dar inicio con la dinámica del festejo, agradeciendo en primer lugar la asistencia de todos los que en esa noche los acompañaban. Queriendo cumplir con el objetivo del baby shower de enseñar a los futuros padres a cuidar de su bebé, comenzaron con los juegos en dónde sus amigos participaron para ayudarlos con esa meta; uno de esos juegos consistió en venderle los ojos a ambos para que de esa manera intentaran darle de comer a Petra y a Keiji quienes interpretaron los papeles de dos bebés que no podían hacer nada más que esperar a que la pareja sí pudiera alimentarlos y no solo embarrarles la cara con la papilla de manzana.
Otra de las dinámicas que hicieron fue el de preparar leche en biberones con los ojos vendados y cambiarle el pañal a dos muñecos, dinámica en dónde Nanaba y Mike tuvieron que intervenir para enseñarle a la pareja como debía hacerse ya que ambos estaban perdidos en ese tema. Además de esas actividades de orientación para los futuros padres, también hicieron concursos para sus invitados, cómo lo fue el de ver quién tomaba más rápido leche en biberón o la carrera de bebés gateando en dónde les pusieron un pañal de tela a los participantes para que en verdad parecieran bebés.
Al final de los juegos a cada invitado le entregaron una pequeña veladora color lila con un lacito en el vaso de cristal en color amarillo pastel, pidiéndole a todos que las encendieran para darle un lindo mensaje de bienvenida a Sonny y palabras de ánimo sus padres, siendo ese el momento más emotivo de toda la fiesta debido a las hermosas palabras que cada uno le dedicaba a la pequeña familia, dejando al final a la pareja para que le diera un mensaje a su bebé.
—Sé que estás despierto porque no has dejado de moverte en toda la fiesta —comentó Moblit llevando su mano libre a su barriga—. Cuando supe que vendrías, me di cuenta de que jamás había recibido una noticia tan hermosa hasta ese día. Te volviste mi prioridad y te robaste mi corazón sin siquiera conocerte, pero con cada patadita que dabas y cada vez que escuchaba tu corazón latir en los ultrasonidos me convencía aún más de que solo quería vivir para quererte a ti y a Hange.
»Deseo tenerte ya en mis brazos, quiero llenarte de besos y ver los ojos de la personita que ha llenado de felicidad mi vida en tan solo ocho meses. Te espero con ansias, Sonny, prometo cuidarte y quererte sobre todas las cosas.
Hange encendió su vela y se puso en cuclillas para hablarle a su bebé de cerca cómo siempre solía hacerlo.
—Hola titancito —saludó y Moblit se quejó un poco por la patada de Sonny al escuchar la voz de su madre—. Realmente no soy buena con las palabras, no sé si debería improvisar un discurso o solo decir dos palabras. No sé si estoy haciendo un buen trabajo, la maternidad es complicada y aún no te conozco para vivir la experiencia al cien por ciento; en estos ochos meses he tratado de hacer todo lo posible por cuidar de ti y de Moblit porque ambos son mi razón de existir y te prometo que los seguiré protegiendo de todo y los amaré con el alma teniéndote ya en nuestros brazos y tomándote de la mano mientras vayas creciendo.
»Tengo miedo de no ser una buena madre para ti, pero aprenderé todos los días cómo ser una mamá para ti como lo he estado haciendo hasta ahora, porque quiero darte lo mejor. Te espero con ansias y te amo con todo mi ser, ahora solo cuento los días para que al fin nos podamos ver.
Apagando las velas dieron por finalizada la fiesta que con tanto cariño le hicieron a Sonny, despidiéndose cada uno de la pareja no sin antes acariciar la pancita de Moblit. Al final solo quedaron ellos y sus ocho amigos quienes los ayudaron a limpiar todo para dejar el jardín impecable, como si no se hubiese llevado a cabo ninguna fiesta.
—Entonces, ¿Levi se molestó contigo? —preguntó Nanaba a Erwin sin poder contener la risa—. Jamás pensé que vería esa faceta en él.
—Creí que el tema de Marie había quedado en el pasado —comentó Mike, quien sujetaba una bolsa de color negro en dónde Nanaba metía la basura que habían juntado.
—Así fue —respondió Erwin para dejar salir un suspiro—. Aún así está en su derecho de estar molesto, yo fui quien causó esa inseguridad en él.
Mientras la mitad del grupo se encargaba de la basura, la otra mitad se dividió para que un grupo guardara los restos de comida y refrescos en el refrigerador, dejando que Moblit y Levi se encargaran de lavar los vasos y algunos platos de vidrio que fueron utilizados en el evento. Sin embargo, durante esa tarea Moblit estuvo respirando con dificultad debido a los golpes que su bebé le daba, Sonny jamás había pateado con tanta fuerza y desde el inicio de la fiesta había estado aguantando el dolor, pero al terminar los discursos con las velas fue mucho peor.
—¿Seguro de que estás bien? —preguntó Levi al entregarle un plato para que secara.
—Sí, no te preocupes, es solo que hoy ha estado muy inquieto. Se me pasará pronto —dijo esto último con la voz quedita debido al golpe que recibió y le arrebató el aire.
—Algo me dice que no será así. Te prepararé un té con las hojas que le tengo dejado a Erwin, te ayudarán con el dolor.
—Te lo agradeceré mu…
Reaccionando rápidamente Levi atrapó el plato de vidrio que Moblit dejó caer, el dolor lo estaba matando y ese último golpe había sido el peor de todos hasta ese momento, impidiéndole seguir hablando. El ojimiel se aferró al borde de aquella meceta que conectaba con el lavabo de la cocina, tratando con todas sus fuerzas de recobrar el aire, pero fue en vano ya que al momento de conseguir respirar profundamente, un nuevo golpe llegó quitándole el aliento.
—¿Moblit? Moblit, ¿qué pasa? —Dejó el plato en un lado para sujetar a su amigo del brazo.
—Duele, duele mucho —respondió tratando de no soltar un grito de sufrimiento.
—Iré por Hange.
—¡No! —Lo detuvo tomando su muñeca con fuerza—. Estaré bien.
—Claro que no, esto es serio —replicó y al instante una idea cruzó por su mente—. Moblit, ¿acaso son contracciones?
—Es imposible, aún falta un…
Los dos se vieron a los ojos, palideciendo frente al otro al darse cuenta de lo que había pasado.
—¡Hange!
El grito aterrorizado de Levi alertó a todos quienes corrieron a la cocina, siendo la morena la primera en llegar y quedar paralizada ante la escena.
—¿Qué acaba de…?
—¡Hay que irnos de inmediato! —interrumpió Levi a Nifa para fijar la vista en Hange—. Se rompió la fuente.