Sonny
—¡Manos a la obra! —exclamó Petra al colocarse una gorra en su corta cabellera anaranjada—. Tenemos mucho trabajo por hacer, así que no perdamos más tiempo.
—No tienen que hacer esto —insistió Moblit al ver a todos colocarse ropa de protección encima.
—Descuida —aseguró Keiji, abrazando de medio lado al futuro padre—, en esta guerra un solo grupo será el vencedor.
—Y esos seremos nosotros —proclamó Levi, sujetando en su mano una brocha como si se tratara de una navaja—. Prepárense, bastardos, que hoy no saldrán vivos de esto.
—En tus sueños, enano —comentó Mike, señalando a Levi con un martillo—, el escuadrón que vencerá es el de nosotros.
—En momentos como este es cuando me pregunto si hicimos bien en ver “Shingeki no Kyojin” —dijo Hange a su esposo al ver la declaración de guerra que se había realizado en su hogar.
Después de la cita médica del mes al que la pareja había asistido, sus amigos les preguntaron si ya tenían lista la habitación del futuro científico, a lo que ambos respondieron que ya estaban listos para empezar a pintar lo que hasta hace unos meses era la bodega de su casa; entre los dos habían sacado todo lo que guardaban ahí y la habían limpiado perfectamente para decidir en dónde pondrían la cuna, la mecedora y demás cosas que utilizarían una vez que su bebé naciera.
Al escuchar que aún no tenían lista la habitación, los demás se ofrecieron a ayudarles a pintar las paredes y decorarlas para que el trabajo no fuera mucho para ambos, pero como era de esperarse todos empezaron a discutir por cuál sería el color predominante debido a que se desconocía el género del bebé. Después de varias horas de discusión acordaron hacer una competencia para ver quién decoraba mejor la habitación en blanco siguiendo la corazonada del género que apoyaban, dividiéndose en dos equipos que denominaron escuadrones gracias a la influencia de la serie que vieron cuando estaban en preparatoria y del que años más tarde siguieron siendo fans por el videojuego oficial: Shingeki no Kyojin.
El primer escuadrón estaba confirmado por Nanaba, Levi y Nifa quienes aseguraban que Sonny era una niña; el segundo escuadrón lo conformaban Mike y Erwin asegurando que Sonny era un niño, pero debido a lo disparejo de los equipos decidieron traer refuerzos hablando a Keiji, Abel y a Petra, una amiga antigua que trabajaba en el laboratorio forense dónde antes Nifa laboraba. Abel se unió al escuadrón de Levi mientras que Keiji y Petra se unieron al de Erwin equilibrando el número de personas gracias a que compartían la misma opinión sobre el bebé.
—Un fin de semana lucharemos todos defendiendo nuestros ideales —manifestó Erwin desenvolviendose como si se tratara de uno de sus típicos discursos estudiantiles—. Dos días, una habitación y dos escuadrones que lucharán a muerte por conseguir sus objetivos. ¡Soldados! —Elevó la voz—. ¡Consagren sus corazones! —anunció llevando la mano izquierda empuñada hacia su corazón, acción que fue replicada por todos debido a que conocían ese saludo emblemático de la serie que vieron en su juventud.
—¿Y qué se supone que haremos nosotros? —preguntó Hange después de un minuto, rompiendo con la tensión que se había formado entre los dos bandos.
—Alejarse del campo de batalla —respondió Nifa apuntando hacia la puerta—. Ustedes juzgarán el resultado y decidirán qué equipo decoró la mejor pared.
—Tienen prohibido entrar aquí, así que durante estos días haremos guardias para asegurarnos que no pasen a la habitación hasta que esté terminada —sentenció Mike cruzándose de brazos—. Aprovechen este momento para terminar con los pendientes que tengan.
—Por ejemplo, ¿ya tienen la cuna del bebé? —preguntó Petra.
—Aún debemos ir a la tienda a confirmar el modelo.
—Entonces vayan y aprovechen hacer todas las compras necesarias para Sonny —comentó Nanaba—, apresurense mientras nosotros le damos forma a este lugar.
—Chicos, de verdad agradezco su ayuda, pero no estoy seguro de querer entrar a una habitación con la mitad de las paredes pintadas de color rosa y la otra mitad de color azul.
—Tranquilízate Berner —intervino Levi—, nos aseguraremos de que esta habitación quede espectacular, así que vete con la cuatro ojos que tenemos una guerra que iniciar.
Siendo acompañados por Abel hacia la puerta, la pareja fue excluida del enfrentamiento de sus amigos cuyo resultado para los dos era inimaginable y temeroso ya que no querían que la habitación de Sonny se volviera un desastre con esa competencia. Al cabo de un rato decidieron hacerle caso a la sugerencia de Nanaba dejando a los chicos trabajar mientras ellos compraban todo lo necesario para su bebé.
Cuando llegaron al centro comercial lo primero que hicieron fue ir a la tienda de muebles donde habían visto la cuna que querían para Sonny. Les costó mucho elegir entre varias opciones, pero al final decidieron escoger una cuna de madera en color blanco con una estrella grabada en el armazón y un par de cojines en color lila, siendo una cuna adaptable ya que podían mover algunas partes y convertirla en un cambiador de pañales.
—Podemos llevarla a su domicilio de inmediato, a menos que quieran establecer una fecha de entrega —les informó la vendedora de la tienda.
—¿Podrían entregarla mañana? —preguntó la morena.
—Seguro, solo necesitaré tomar algunos datos.
—Le diré a los chicos —comentó Moblit sacando su celular del bolsillo de su pantalón para avisarle a sus amigos que ya tenían la cuna de su bebé.
—¿Ya tienen una mecedora? —preguntó la vendedora a la pareja, no pudiendo evitar reír un poco ante la expresión sorpresiva de ambos ya que habían olvidado comprarla—. No se preocupen, les enseñaré los modelos que tenemos disponibles y que pueden combinar con la cuna que escogieron.
—Se lo agradecemos mucho.
—Es un placer. ¿Saben si será niña o niño?
—Es una sorpresa —respondió Moblit llevando una mano a su pancita.
—Ya veo, en ese caso el color lila y el amarillo pastel son opciones excelentes para la ocasión, les mostraré algunos diseños en esos tonos por si alguno les agrada.
—Hubiesemos escogido esos colores para la competencia de los chicos —comentó Hange haciendo reír a su esposo—. Terminará en un desastre.
—Es probable, pero tengamos un poco de fe en que no será así.
Terminaron por escoger una mecedora en color blanco con algunos detalles en color amarillo pastel así como el cojín que incluía. Después de pagar y asegurar la hora de entrega de sus muebles, los dos se aventuraron en varias tiendas de ropa para bebés, enamorándose de cada conjunto que veían y con el que imaginaban vestido a su pequeño, hasta que al final encontraron la ropita que le pondrían al salir del hospital con él o ella en sus brazos y también compraron un par de mantas y una pañalera que igual usarían para el gran día que los dos esperaban con ansias.
Volvieron a su hogar al atardecer y se dispusieron a preparar la cena para ellos y sus amigos quienes seguían inmersos en su labor de decoración hasta media noche cuando la pareja les insistió en que pararan y se quedaran a dormir en la sala para evitar algún accidente vial por el cansancio. A la mañana siguiente entre todos prepararon el desayuno y después de comer mandaron a los futuros padres a dar una vuelta por el parque o continuar con sus compras para que no estuvieran en casa mientras ellos seguían trabajando, haciéndose cargo de recibir la cuna y la mecedora para que no pusieran de excusa ese pendiente para quedarse.
No fue hasta las seis de la tarde que le avisaron a la pareja que podían volver a su casa, fijando las ocho de la noche para revelar la habitación de manera que todos pudieran ir a sus hogares a tomar un baño y arreglarse para ese momento.
—Después de esto me voy a dedicar a la decoración de interiores —mencionó Petra estirando los brazos hacia arriba.
—No hagas planes aún —comentó Erwin extendiéndole un vaso con refresco—, todavía deben juzgar los dueños.
—¡Y elegir al ganador! —exclamaron Keiji y Nifa al mismo tiempo.
—Moburrito, cuatro ojos —llamó Levi señalando hacia la puerta de color blanco—, llegó la hora de que conozcan la habitación de su bebé.
Tanto la morena como el ojimiel estaban nerviosos en ese momento, una parte de ellos quería saber lo que sus amigos habían hecho, pero la otra parte temía que no les gustara el resultado de una pared rosa y una pared azul. Intercambiando una mirada se tomaron de las manos y soltaron un largo suspiro para abrir aquella puerta que los conducía a la habitación de Sonny, quedándose boquiabiertos al ver el producto de los dos días de trabajo de sus amigos.
En la parte superior de las paredes predominaba un color crema mientras que en la parte inferior predominaba el color lila; los estantes, decoraciones y diseños dibujados en la pared eran de color amarillo pastel y las cortinas eran de color blanco, combinando con los muebles que Hange y Moblit habían escogido y que los demás habían acomodado justo en el lugar donde habían escrito el nombre de Sonny en la pared. La habitación se veía preciosa, yendo más allá de lo que la pareja pudo pensar al grado de no saber cómo convencerse de que lo que estaban viendo era real.
—Esto dejó de ser una competencia, ¿cierto? —preguntó Moblit sin poder salir de su asombro.
—Técnicamente aún lo es, pero no competimos por una pared rosa y una azul como ustedes creían —respondió Petra esbozando una sonrisa—. Sabíamos que estos colores eran los indicados y pudimos confirmarlo cuando nos mandaron las fotos de la cuna y la mecedora que eligieron.
—Nuestra guerra fue por la decoración y estructura de la habitación —intervino Mike—, pero al final tuvimos que combinar las ideas porque el plan original de dividir las paredes no nos estaba funcionando. El resultado nos gustó, pero la opinión final y la más importante es la de ustedes.
—Solo diré que ansío tener a nuestro bebé aquí —mencionó Hange colocando una mano sobre la pancita de su esposo.
—No sé cómo podemos agradecerles por esto —comentó Moblit—, la habitación les quedó preciosa.
—No tienen que agradecernos nada —respondió Levi cruzándose de brazos—, solo asegúrense de mantenerla limpia o se las verán conmigo —sentenció obteniendo una sonrisa de ambos como respuesta.
—Les propongo un brindis —anunció Erwin llamando la atención de todos—. Celebremos por la nueva habitación de Sonny y por su pronta llegada que todos esperamos con ansias. —Alzó su vaso con refresco, siendo seguido por los demás—. ¡Salud!
—¡Salud!