Soloquio.

¿Por qué nombraste comandante a alguien como yo?


—Son muy ruidosos —exclamó Levi somnoliento pero con cierto enojo en su voz.

—Lo lamento —se disculpó Hange acercándose a él—, la intención era que permanecieras dormido hasta mañana.

—Con tanto escándalo es difícil hacerlo. —Fijó su vista en aquél estofado que aún permanecía en el fuego—. ¿Me servirías un poco?

—Claro, todavía hay mucho —respondió sirviéndole un poco de comida en un cazo.

—Deberías curar a Reiner.

—Sus heridas sanarán.

—¿Qué hay de ti? ¿Te encuentras bien?

—S-Sí, solo... fue un día difícil.

Esa noche de alianza entre ambos grupos, les costó mucho conciliar el sueño. Cientos de pensamientos rondaban por la mente de cada uno de ellos y las respuestas que encontraban no eran tan convincentes.

Hange permaneció despierta, abrazando sus rodillas y cubriéndose con su capa de la legión. Se le veía cansada, estaba cansada, pero no había forma de que pudiera descansar.

—No podemos detener a Eren solos, es por eso que necesitábamos conseguir aliados... por eso estamos aquí. —Fijó su vista en la fogata que los alumbraba y abrigaba—. Intentamos hacer lo correcto, ¿verdad? Queremos evitar una tragedia, salvar a la humanidad de esta pesadilla y eso es lo correcto, ¿cierto?

Recargó la cabeza entre sus rodillas flexionadas. Las ganas de llorar la estaban invadiendo pero no quería hacerlo, ya estaba cansada de derramar lágrimas por lo que estaba ocurriendo; ya no quería seguir llorando por la culpabilidad de todos los compañeros que había asesinado, ya no quería seguir sufriendo por esta terrible pesadilla que estaba viviendo... por primera vez, en mucho tiempo, solamente quería paz.

—¿Y... si nos quedamos aquí?

—¿Qué más queda si nos escondemos?

—Levi —se puso de pie—, lo lamento, no quise despertarte.

—Es difícil conciliar el sueño en estas circunstancias. ¿Aún quieres huir?

—Nuevamente escuchaste mi soloquio —dijo con una pequeña sonrisa de medio lado—. Escondernos en el bosque no es mala idea.

—Creí que lo habías desechado al formar la alianza.

—Así fue pero, la idea volvió a mi mente. Volvió cuando hablé con Jean y Mikasa.

—¿Por qué?

—Tal vez me hicieron darme cuenta de lo cobarde que soy.

—No eres cobarde, Hange.

—Claro que lo soy. Intenté huir, Levi, quise abandonar todo y huir lejos, escondernos en el bosque y vivir juntos. ¡Quise mandar todo al carajo sin intentar luchar!

—¿Y por qué sigues aquí? —Hange permaneció en silencio viéndolo fijamente—. Si fueras una basura no estarías aquí. —Suspiró—. "Soy la decimocuarta comandante de la legión de reconocimiento. Entrego mi corazón a la libertad de la humanidad."

—Levi...

—No has dejado de repetirlo. Lo haces para darte ánimos, para seguir adelante y cumplir tu compromiso; de no ser por ti esta alianza no se hubiese formado, ¿y te sigues considerando un pedazo de mierda? A pesar de las circunstancias, aún sigues defendiendo el puesto que se te fue otorgado, aún sigues siendo la comandan...

—Nunca quise serlo —lo interrumpió—. Jamás quise ocupar el puesto, todavía no entiendo por qué Erwin me nombró a mí como su sucesora si ni siquiera he podido tomar las decisiones correctas. ¡Eren está a punto de cometer un genocidio! ¡No puedes simplemente masacrar a todos! Y aún así, ¡no estoy completamente segura de cómo detenerlo! —Llevó sus manos a su rostro para frotarlo y luego los llevó hacia su nuca para soltar un suspiro—. Me gustaría que todo fuera como antes cuando nuestra única preocupación eran los titanes.

—En el pasado también hubieron sacrificios, ¿acaso olvidaste cuando retomamos el muro?

—Personas inocentes se sacrificaron en ese momento. De no haber estado cerca de la explosión del titán colosal hubiera hablado con Erwin y...

—¿Lo hubieras detenido? ¿Hubieras impedido que Erwin y los demás se sacrificaran para recuperar nuestra libertad?

—No lo sé —susurró—. Ya no sé qué hacer.

Ambos permanecieron en silencio. Curiosamente solo se podía escuchar el ruido de la leña quemándose en la fogata. Los demás habían logrado conciliar el sueño y estaban siendo observados desde cierta distancia por los dos veteranos.

—Los veo.

—¿Qué?

—Puedo verlos, Levi. Puedo sentir que nuestros camaradas nos están observando... puedo ver a cada uno de ellos. —Alzó la mirada, sintiendo una presión en el pecho—. Erwin, Mike, Nanaba, Petra, Gunther, Aurou, Nifa, Keiji, Abel... M-Moblit... —dijo el nombre de este último con la voz entrecortada mientras una lágrima resbalaba por su mejilla—. Puedo verlos... puedo verlos, puedo...

—¡Ya cállate! —Exclamó sujetando la cabeza de Hange haciendo que lo mirara—. Si puedes verlos tan solo calla...

—¿P-Por qué?

—Erwin igual los pude ver antes de morir —respondió para secar las lágrimas de la contraria—. "Nuestros compañeros nos están viendo. Quieren saber cuál es el objetivo por el cual dieron sus vidas, ya que la batalla aún no ha acabado." Esas fueron sus palabras —dijo mirando a Hange quien tenía una expresión de sorpresa en el rostro—, dime, ¿qué es lo que nuestros camaradas quieren ahora?

Hange rompió en llanto, cayendo de rodillas a un lado de la carroza donde Levi se encontraba.

—T-Tal vez es un presagio de que mi tiempo de partir se acerca.

—Si ese es el caso, partiremos de este mundo juntos. Pero primero, cumpliremos con nuestro objetivo: salvar a la humanidad.

—Solo... lograr la libertad de esta isla es suficiente. —Bajó la mirada—. No, no hay nadie entre nuestros camaradas que hubiera dicho algo tan corto de mente.

—Esta es la excepción —mencionó para acariciar el cabello de su compañera—. Si los puedes ver, que te sirvan de guía.

Hange permaneció llorando con la cabeza recostada en aquella camilla, justo en el regazo de Levi.

Desde que fue nombrada comandante del cuerpo de exploración, pasó por muchas crisis internas y fue Levi quien estuvo a su lado para ayudarla. Esa noche, Levi sabía que Hange estaba pasando por una de las crisis más grandes que había tenido hasta el momento y así como ella no lo abandonó tras la explosión de la lanza trueno con Zeke, él tampoco abandonaría a su única amiga y familia que le quedaba.

Los dos por fin lograron conciliar el sueño y aquél soloquio de Hange se convirtió en un compromiso de salvar a la humanidad.

Fin.

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Ao3

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